Theresa May, primera ministro británica saliente, dejó el cargo después de tres años de mandato, pero ha asegurado que va a seguir en el Parlamento británico luchando por un futuro mejor para su país y sus compatriotas. Su sucesor, Boris Johnson, debe ejecutar una tarea que le fue imposible a May,  el Brexit, la salida de Reino Unido de la Comunidad Europea.

May entregó su renuncia a la reina Isabel II. En su mensaje final, dijo que haberse convertido en "la segunda premier mujer tras Margaret Thatcher en el país de las aspiraciones y de las oportunidades fue el honor más grande". Agradeció al pueblo británico y le auguró "todo el éxito a Boris" Johnson.

"Por supuesto, queda mucho por hacer. La prioridad inmediata es completar nuestra salida de la Unión Europea de una manera que funcione para todo el Reino Unido. El éxito en esa tarea puede ser un nuevo comienzo para nuestro país", dijo la ex primera ministra.

"Servir como primera ministra del Reino Unido es el mayor honor. Las pesadas responsabilidades se ven superadas por el enorme potencial de servir a tu país. Pero no puedes lograr nada solo. Y cuando me voy de Downing Street, mis últimas palabras son de sincero agradecimiento a mis compañeros en el Gobierno y el Parlamento", finalizó.

El nuevo primer ministro recibió la venia de la reina Isabel II en el palacio de Buckingham. El 25 julio, Johnson concluirá la formación de su gabinete, destacados ministros nombrados por su antecesora dimitieron antes de ser despedidos por rechazar el reiterado compromiso del nuevo líder de abandonar la UE "con o sin acuerdo", el 31 de octubre. Y ha situado a euroescépticos radicales en las principales carteras ministeriales.

El exalcalde de Londres de 55 años, accede al cargo mediante unas elecciones primarias realizadas entre los 160.000 miembros afiliados al Partido Conservador, una fórmula legal pero muy poco representativa, ya que solo supone el 0,25% de la población británica.