David Lemaitre
Redacción Oxígeno
10/10/2016 - 09:50

“Para mi tenía un simbolismo muy grande volver a mi hogar"

El músico boliviano David Lemaitre está de gira por sudamericana tocó en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz; en el vecino país se presentarán en La Plata y Buenos Aires.

El trío tocará en Bolivia y Argentina con la gira Vuelta Al Sur.

Las siluetas de los cerros se desdibujaban en la oscuridad mientas las luces de la ciudad se encendían detrás de David Lemaitre cuando tocó su primera canción en la ciudad de La Paz, ante una audiencia de no más de cincuenta personas en el Hotel Atix de Calacoto. Se trata de una reunión con sus conocidos un día antes del concierto en el Teatro Municipal de La Paz para “dar las gracias”, como él mismo dice.

“Para mi tenía un simbolismo muy grande volver a mi hogar, a mi casa, a esta ciudad en la que he crecido; de ahí salió la idea de la Vuelta al Sur, quiero compartir eso que he estado haciendo en los últimos años con tanta gente que conozco acá. Sentía que estaba debiéndole un poquito esto a Bolivia”, comenta David sobre su gira por Bolivia y Argentina.

La gira se dio gracias a la coordinación con Nicolás Peña, que anteriormente trajo a Pedro Aznar. David comenta que Peña es su amigo y mentor y fue por eso que le pidió ayuda para poder organizar su gira Vuelta Al Sur.

La gira sudamericana comprende a Bolivia y Argentina. En el país abarca las ciudades de La Paz, con dos presentaciones, Cochabamba y Santa Cruz; en el vecino país se presentarán en La Plata y Buenos Aires.

“Sin duda alguna, es diferente actuar en cada lugar” dice David sobre la experiencia de tocar fuera de Europa. Añade que desde que llegó siente una “intensidad muy grande, ese amor a la música y una curiosidad también de saber qué estoy haciendo”. Además, afirma que sus dos acompañantes están “fascinadísimos, no saben dónde están parados, están como en un trance, es que La Paz es así, es muy intensa, yo la amo por eso”.

Los dos músicos que acompañan a Lemaitre son Sebastian Schelth y Joachim Foertser, ambos vienen por primera vez a Bolivia y a Sudamérica en general.

Joachim dice que estaban esperando el viaje por algún tiempo, “algún día vamos a tocar en Bolivia”. Asegura que trataron de venir en otras ocasiones, pero finalmente no sucedía. “Me dí cuenta que vamos a tocar (aquí) cuando llegamos, ahora sé que es real”.  Sebastian cuenta que venir al país ha sido un proceso largo, y que cuando llegó se dio cuenta que no podía tener expectativas por ser un mundo “tan diferente y tan especial”. Por lo que ha decido “botar todas mis preconcepciones y sólo disfrutar lo que está pasando”.

Y lo que pasa es que en cuanto terminan la primera canción la gente aplaude y grita y en la cara de los músicos se dibuja una sonrisa. Todos los asistentes parados en media luna frente a el escenario escuchan y se mueven con canciones como Olivia, Megalomanía o Pandora Express.

“Fue más de lo que esperaba” dice Joachim al terminar de tocar, comenta que al principio pensaban que David tocaría sólo, pero decidieron hacer un pequeño concierto acústico al ver la sala donde se iba a llevar a cabo el concierto. Se trata de un espacio en el séptimo piso con paredes de vidrio que tiene un bar circular a la izquierda y en la esquina derecha tiene armado el escenario donde ellos tocaron.

“Me encantó, me gustó porque tenemos muchas canciones tranquilas y la gente estaba realmente atenta… disfruté el silencio y la atención que se podía sentir, me siento afortunado” dice el percusionista del grupo. Joachim, o Joda como lo llaman sus amigos, toca varios instrumentos de percusión entre los que destaca un maletín de cuero acondicionado como un instrumento de percusión. La idea surgió de los guitarristas de blues que pisan los forros de sus guitarras como acompañamiento, a Joachim le gusta este instrumento porque tiene un rango muy dinámico de sonidos. Además, le sirvió cuando junto con David viajaban tocando para tocar en pequeños cafés y era más cómodo cargar con una maleta que con una batería.

Para Sebastian es más una expresión en la que trataron de “repensar el enfoque electrónico… de encontrar un nuevo punto de encuentro entre la música electrónica y la acústica”. Él tiene un sintetizador hecho de botellas de vino que, comenta, lo hizo porque consideró una buena idea tener algo más visual, “el problema con la música electrónica es que siempre es abstracta en el escenario” señala.

La música, un viaje

David señala que todo ha sido un viaje de aprendizaje “porque honestamente yo nunca supe si es que iba a poder ser músico o qué significa ser músico; siempre pensaba que era cosa de un regalo, de talento, pero me he dado cuenta que al final lo que más cuenta es la dedicación de hacer lo que te gusta”. Cuenta que él lleva haciendo música hace doce años “pero ha sido de pasito a pasito, de construir, de seguir aprendiendo, para mí es un viaje que todavía sigue. Tuve la suerte de que esa canción me abriera muchas puertas en Europa, pero también acá”, dice sobre Megalomanía, una canción indie-pop que se hizo famosa el año 2013 y que se escuchó en radios de Francia, Alemania, Holanda y Bélgica.

David se fue a Alemania hace catorce años con una beca para estudia ingeniería, pero dedicó su vida a estudiar música y trabajar en estudios de grabación para aprender sobre la industria. Después tocó en cafés y lugares pequeños, hasta que después de tocar en el festival Eurosonic la disquera independiente PIAS lanzó su disco internacionalmente. Con su albúm Latitude han dado más de 200 conciertos en los últimos tres años por varios países de Europa.

Actualmente se encuentra trabajando en su segundo albúm. Ha comenzado a trabajar en las primeras canciones el año pasado, pero manifiesta que “me he dado cuenta de que mientas más quería forzarlas a que sean algo, menos querían, entonces ahorita lo qure estoy haciendo, tengo un pequeño estudio en Berlín y estoy dejando fluir lo más que pueda, que le salgan lo colores que tienen que salir”. Agrega que hay algunas cosas que quere explorar y ver cuál es el impacto de su gira Vuelta Al Sur en su música a futuro “ya estoy feliz de, después de esto, volver a mi estudio, encerrarme y ver qué canciones salen de eso”.

Para él los viajes siempre han sido centrales en su música, “me interesa mucho la distancia, me interesa poner algo que no es de ese lugar en ese lugar” y pone como ejemplo el hecho de que su grupo esté aquí, “rodeados de estos cerros en La Paz, con esta energía totalmente densa y hermosa, va a cambiarlos a ellos también”. 

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