Justicia y Participación
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Cejip
30/09/2014 - 17:22

Preparen, apunten, impriman

Fascinante tecnología que puede hacer que un diseño en plástico, papel, o incluso materias comestibles se vuelvan palpables, con el limite vasto de nuestra imaginación. La impresora 3D puede fabricar desde prendas de vestir hasta comida, juguetes o incluso armas rociando capas delgadas de plástico hasta convertirlas en alguna forma determinada.

Ana V. Zambrana Gamarra

El momento en que la tecnología ha superado la capacidad del hombre de manipularla ha llegado. Esto fue lo que pensé cuando vi por primera vez un video de la impresora en 3D, la cual no es más un proyecto, sino una realidad que se encuentra a la venta en tiendas y en sitios de venta por internet tanto en Europa como en Estados Unidos, y que incluso cuenta con un modelo hecho en Bolivia.

Fascinante tecnología que puede hacer que un diseño en plástico, papel, o incluso materias comestibles se vuelvan palpables, con el limite vasto de nuestra imaginación. La impresora 3D puede fabricar desde prendas de vestir hasta comida, juguetes o incluso armas rociando capas delgadas de plástico hasta convertirlas en alguna forma determinada.

Fabricar mi propia pistola es tan fácil como ordenar una impresora 3D de menos de 700 dólares por internet, y ver unos cuantos tutoriales en youtube de cómo fabricar un arma de fuego sin marcaje y por lo tanto no rastreable. El internet ofrece tutoriales de fabricación de pistolas, como la Libertator Pepperbox que puede disparar hasta cuatro balas y que llegaría a costar $us 9.30 en piezas de plástico para imprimir, o un diseño también popular llamado Reprringer que puede disparar un cartucho de .22 y que cuesta $us 2.41 en plástico[1].

                                                          

Algunos expertos y defensores de las armas legales arguyen que estas armas no son un peligro latente, ya que las armas de plástico se calentarían y romperían por los disparos. ¿Pero no es suficiente un disparo y una sola bala para matar a alguien?

Lo más preocupante no es la cantidad de balas o la resistencia del arma de fuego hecha en casa, sino de las personas que tendrían acceso a esta tecnología. Probablemente familias de ingreso medio, con hijos adolescentes quienes como sabemos son expertos en tecnología e internet. ¿Cómo podría controlarse este acceso? La limitación de la información en el internet, y de los tutoriales de la fabricación de armas, no es una opción, y aunque el gobierno de Estados Unidos ya ha hecho anuncios respecto a esto, sabemos que en el mundo cibernético la información es tan fácil de compartir como de reproducirse sin límite.

La experiencia técnica que se requiere para la fabricación de armas de fuego con una impresora 3D, es mínima. Y como lo había mencionado antes, esta no representa una imposibilidad para un adolescente o incluso un niño que ha crecido manejando aparatos tecnológicos. Es el caso, de Cody Wilson, un futuro abogado de solamente 25 años, quien se ha propuesto fabricar armas de fuego 100% de plástico –lo que las haría indetectables por detectores de metales-, y quien arguye que no es su intención vender su tecnología sino simplemente probar que si es posible, y distribuir la información libremente a través del internet[2].

                                                

Una pistola fabricada en casa es una realidad, y será tan letal como aquellas fabricadas por la industria armamentista, e incluso conllevara un mayor riesgo al no ser rastreable, ni detectable…y peor aún al alcance de cualquier persona con un poco de disposición tecnológica para fabricarla.

La tecnología avanza a velocidades impensadas, y el debate sobre si es más importante controlar la oferta o la demanda de armas pierde cada día vigencia ante una oferta incontrolable que nos hace convencernos aún más de la necesidad de limitar la demanda de armas mediante programas de seguridad enfocados en el establecimiento de una cultura de paz.

No creo que sea impensable en el futuro alarmarnos con una noticia de que un niño disparo a alguien con su regalo de cumpleaños. Pero, por lo pronto, seguiremos pensando en nuevas maneras de revolucionar nuestra tecnología, aunque esta tenga un costo humano.


[1] “The rise of 3D printed guns” Nick Bilton. The New York Times. Ingresado el 24 de septiembre de 2014.

http://www.nytimes.com/2014/08/14/fashion/the-rise-of-3-d-printed-guns.html?_r=1

[2] “3D printing becomes a reality” Michael Bradbury. Ingresado el 24 de septiembre de 2014.

 http://www.realscience.us/2013/03/29/ready-aim-print-3-d-gun-printing-becomes-a-reality/

**Las fotos fueron extraidas del periodico New York Times y de los articulos citados.


Ana V. Zambrana Gamarra

De profesión abogada, con el grado académico de Magister de Artes en Estudios Internacionales de Paz por la Universidad para la Paz por mandato de las Naciones Unidas, ubicada en Costa Rica, trabajo en proyectos de desarrollo comunitario, protección de derechos humanos y acción humanitaria en organizaciones no gubernamentales en Costa de Marfil y Colombia. Delegada de la sociedad civil ante las Naciones Unidas en la Reunión Bienal para tratar el Programa de Acción contra el tráfico de armas. Becada en el programa internacional de liderazgo por la Universidad de Georgetown. Actualmente cursa la certificación internacional de Gestión de Proyectos de la Universidad de Toronto, Canadá y es Coordinadora de Proyectos del Centro de Estudios sobre Justicia y Participación, organización no gubernamental dedicada a la democratización de la justicia, gestión de seguridad, promoción de la cultura de paz y control de armas en la ciudad de La Paz, Bolivia. Twitter: @ani_zg

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