Roberto Ossio Ortube
07/02/2020 - 01:15

YO SOY ESPARTACO!! - RECORDANDO A KIRK DOUGLAS (1916 – 2020)

Kirk Douglas, quien acaba de fallecer el 5 de febrero de 2020, en 1960 se embarcó en uno de los proyectos más ambiciosos del cine y por el que pasaría a la posteridad.

Kirk Douglas , interpretó en la película de 1960 a Espartaco, líder de los esclavos que se rebeló contra Roma.

Después de la apoteosis que significó la producción de la película Ben Hur de 1959, con Charlton Heston en el rol principal, las producciones suntuosas y espectaculares de Hollywood de la época romana se hicieron muy populares. Kirk Douglas un artista que se caracterizaba por papeles duros y un tanto complejos, supo ver el potencial en una historia desarrollada por Dalton Trumbo , un guionista vetado por ser presuntamente comunista durante la época de extrema susceptibilidad política por la denominada Guerra Fría.

Pese a las posibilidades de boicot y censura, Douglas continuó adelante y no vaciló en su empeño de producir con su propio peculio una obra desarrollada en la Roma Republicana antes de la era cristiana, dejando de lado temas religiosos. Trumbo sin embargo, aparte de rescatar la antigua gran rebelión de esclavos contra Roma, que evidentemente existió en el Siglo I antes de nuestra era, quiso imbuir un mensaje de resistencia y denuncia ante las injusticias sociales y su aversión ante la esclavitud y toda forma de servidumbre. Pero fue más lejos, existía crítica social e incluso se tocaron temas tabúes como la ambigüedad sexual de los personajes o la forzada promiscuidad de los esclavos sin remordimientos morales.

Pero la idea no era nueva, la novela con esta temática surgió de Howard Fast de 1951 y mucho más notable fue el esfuerzo de Aram Khachaturian , compositor soviético de ascendencia armenia, quien creó un gran ballet con el tema de Espartaco en 1956, una verdadera obra maestra de la música clásica con el sobrecogedor y hermoso adagio que hasta el día de hoy maravilla con su apasionado sonido. Esta nueva adaptación para el cine, tendría la virtud de hacerla más accesible a un público más numeroso y adentrarlos con mayor facilidad y sencillez a una historia que se haría imperecedera: la lucha de los esclavos por su libertad

El director elegido fue un joven y brillante Stanley Kubrick especialista en acercamientos y planos inusuales, así como un maestro para la adaptación de historias complejas. Asimismo, se reunió a una verdadera pléyade de grandes estrellas del Séptimo Arte, empezando por la contraparte de Espartaco, el implacable y mortífero patricio romano Marco Licinio Craso quien debía sofocar la rebelión y aplastar a la plebe ante cualquier intento de cambio respecto a sus intereses de clase, para ello se eligió a uno de los mayores actores de todos los tiempos el Barón Sir Lawrence Olivier, famoso por ser uno de los mejores intérpretes de las obras de Shakespeare; pero no sólo se encontraba el , también está presente Charles Laughton otro renombrado artista inglés, excelente de igual manera en la interpretación de las obras del gran poeta inglés por antonomasia , quien encarna el papel de Graco, el paladín de la plebe, hábil maquinador político y empedernido mujeriego.

Para el papel femenino la producción cambió el nombre de Frigia del ballet y llaman a la protagonista Varinia, quien es interpretada por Jeane Simmons, quien ya había estelarizado junto con Richard Burton la película “El Manto Sagrado”; Peter Ustinov interpreta al traficante de esclavos Lentulo Batiato, Tony Curtis al esclavo poeta Antonino y John Gavin, el artista de ascendencia chileno mexicana que interpreta a Cayo Julio Cesar. Alex North estuvo a cargo de la espléndida banda sonora

La historia atrapa y cautiva, no pierde ritmo, es ágil en su desarrollo y trae consigo escenas célebres y diálogos muy bien logrados: la escuela de gladiadores, el romance de Espartaco con Varinia, los oscuros tratos políticos del Senado, las grandes batallas entre romanos y esclavos y el dramático final con las crucifixiones masivas y el enfrentamiento final entre Espartaco y Antonino, quienes en la película son como un padre y un hijo empujados contra su voluntad a la muerte.

De las muchas escenas memorables quizás la más dramática y conmovedora es la captura de los esclavos después de la derrota definitiva ante Craso, quienes tienen la oportunidad de salvarse si entregan vivo o muerto a Espartaco, por el contrario todos ellos gritan al unísono “Yo soy Espartaco!!”, en signo de lealtad y compromiso más allá del debacle de la rendición.

Espartaco fue un gran éxito de taquilla y obtuvo cuatro premios de la Academia, pero como las cosas extrañas que siempre ocurren en las premiaciones, Kirk Douglas no fue ni siquiera mencionado por el personaje que lo catapultó al estrellato y lo inmortalizó. Recién mucho tiempo más tarde fue acreedor del reconocimiento postrero por toda su carrera, sin embargo, los cinéfilos lo recordaremos perennemente como el fiero guerrero que capitaneó a los esclavos en el celuloide contra la opresión y la tiranía romana, quien muere crucificado mientras Varinia se aleja con su hijo liberado de la esclavitud, con la música de fondo que acompañará la imagen de Douglas por siempre.

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