Roberto Ossio Ortube
20/08/2022 - 21:40

1952 - 2022 - SETENTA (70) AÑOS / CHARLES CHAPLIN - CANDILEJAS (LIMELIGHT)

La última película en Hollywood del gran Genio del Cine, donde realiza un recorrido autobiográfico de su carrera, en un trabajo que reúne todo su talento y versatilidad, lleno de reflexiones, danza y música.

Charles Chaplin junto a Claire Bloom en una de las escenas de la película CANDILEJAS (LIMELIGHTH) de 1952 (Fuente: WEB)

1952, el tiempo de Charlot, el célebre y gracioso vagabundo creado por Charles Chaplin e inmortalizado por el cine mudo a principios del Siglo XX había terminado su ciclo. En el filme EL GRAN DICTADOR de 1940, fue su aparición final cuando por primera vez habló y realizó una fatídica premonición, puesto que denunció públicamente la brutal  persecución de los judíos que se volvería una patente y espantosa realidad en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Chaplin había pronosticado que su personaje moriría al hablar, pero si debía desaparecer, sería diciendo algo importante.

Sin embargo, este acierto mediático y de principios humanos, no bastó para que sus múltiples enemigos en los Estados Unidos quisieran deshacerse de el a como de lugar,  por lo que lo acusaron de ser miembro del partido comunista o peor aún, de ser responsable de una paternidad que científica y biológicamente fue demostrada como inexistente dentro de un sórdido proceso judicial en su contra, donde increíblemente la justicia norteamericana lo declaró culpable y responsable, por “otros elementos de prueba” que nada tenían que ver con lo jurídico.

En medio de estos escándalos y ante la tenaz persecución del FBI, Chaplin sin saberlo cabalmente, preparaba la que sería a la postre, su última película en suelo norteamericano, como una especie de retrospectiva final de su propia vida a través de sus personajes y su trama.

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El argumento de la cinta se desarrolla en Londres, antes de la Primera Guerra Mundial, centrándose en el encuentro y la relación posterior entre Calvero, un viejo comediante en decadencia y una bailarina de ballet de nombre Thereza, a quien llaman Terry,  interpretada por Claire Bloom, quien es rescatada de un fallido intento de quitarse la vida, ante la imposibilidad de recuperarse de los avatares de la existencia a la que no encuentra sentido o salida, por la pobreza y la desesperanza que le provoca una parálisis de las piernas atribuible a temas no físicos sino psicológicos. Calvero le da motivos suficientes para seguir viviendo y retornar a las tablas. Pese a su vejez, el personaje de Chaplin, insufla nuevos bríos en la vida de Terry quien se recupera, vuelve a caminar y retorna exitosamente al ballet, donde se consagra. Ella ama sinceramente al cómico, pero el se resiste, puesto que es mucho mayor que ella.

Calvero se encuentra en una crisis existencial,  ante los continuos contrastes y desplantes de un público que ya no ríe con el. Una evidente alusión al inminente fin del cine mudo y al personaje del vagabundo. Sin embargo, el amor de Terry es lo único que lo salva del alcoholismo que se hace más recurrente en su vida.

Sin embargo, el continuo conflicto por la edad entre los dos amantes, es un motivo de tortura para el viejo cómico. Por ello decide dejarla, pese a que ella ansiaba casarse con el. Terry es pretendida por un músico llamado Neville (interpretado por Sidney Chaplin) a quien ella ayudó en su tiempo de carestía y pobreza antes de ser famoso. No obstante rechaza sus propuestas,  puesto que le es totalmente fiel a Calvero.

Uno de los elementos que llama poderosamente la atención es el magnifico trabajo de Chaplin para las escenas de ballet que el mismo dirige y cuya música compone. Mención especial, para la magnifica interpretación de Bloom, quien muestra precisión y belleza en cada una de sus escenas de danza. Y hablando de la música, es imposible no deleitarse con la banda sonora cuyo tema central es el denominado “Tema de Terry” o conocido mundialmente como “Candilejas”.

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Punto aparte para los magníficos diálogos, con reflexiones totalmente a temporales, llenos de esperanza y fe, donde pese a las dificultades, con un toque de humor bien elaborado, se impone el optimismo:

“La vida es hermosa...si no le temes, sólo hace falta valor, imaginación ... y algo de dinero”

“-Terry: No volveré a bailar ... soy una inválida.

Calvero: ¡Debe luchar!!

Terry: ¿Para qué luchar??

Calvero: ¡Para todo!! ¡Para vivir! ¿No es bastante? Para vivir, sufrir y disfrutar. ¡Para qué luchar! La vida es bella, maravillosa.. hasta para una medusa...

...Usted tiene su arte, ¡el ballet! (...) Pero usted no quiere luchar. Ha renunciado, sumida en la enfermedad y la muerte. Pero...existe algo tan inevitable como la muerte, y es ¡¡la vida!! La fuerza del universo, que hace girar la Tierra, crecer los árboles. ¡Esa fuerza la lleva usted dentro! ¡Si tuviera al menos el valor y la voluntad para usarla!”

En un final quizás inevitable, Calvero realiza su última función donde se le rinde homenaje a su trayectoria y aparece otra gloria del cine mudo: Buster Keaton como compañero de escena de Chaplin para su escena final, siendo un éxito que se ve empañado por el ataque cardíaco que sufre el personaje central en el epílogo, muriendo mientras ve por ultima vez bailar ballet a Terry.

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Charles Chaplin hace un recorrido introspectivo y profundo, a su propia vida artística y personal: los gloriosos tiempos iniciales del cine mudo y la debacle generada por el cine sonoro y el color, además de la vejez y el olvido, muy a parte de la propia ingratitud de productores y el desprecio del público. Sin embargo, la calidad del gran genio es evidente en todas las escenas, llegando a una perfección y sincronía nunca antes lograda en sus películas anteriores. Quienes esperaban una comedia, se encontrarán con un drama entrañable....una despedida.

Increíblemente, esta obra maestra fue un fracaso comercial en Estados Unidos, pero no así en el resto del Mundo. Una campaña de desprestigio gigantesca, boicoteó el esfuerzo de Chaplin con acusaciones de comunismo e inmoralidad por el reciente juicio de paternidad. Cuando se embarcó a promocionar el filme en Europa, recibió la fatídica noticia que había sido expulsado definitivamente de los Estados Unidos. Si bien realizó algunas otras películas en Europa como “Un Rey en Nueva York” y “La Condesa de Hong Kong” con Marlon Brando y Sofia Loren, estas pasarían desapercibidas.

Transcurrieron veinte (20) años de exilio forzado, para que recién el talento sin igual de Charles Chaplin fuese reconocido por los Estados Unidos y por Hollywood. Levantada la prohibición a su presencia, fue invitado para regresar y recién, la banda sonora de CANDILEJAS fue premiada con un Oscar el año 1972 (desplazando a Nino Rotta de El Padrino). Mención necesaria para la famosa canción homónima, que fue múltiplemente versionada en diferentes idiomas, siendo una de las mejores por su letra, la realizada en español por el interprete brasilero José Augusto.

El propio Chaplin recibió el mismo año en triunfo, el Premio Honorifico de la Academia, con una ovación de pie jamás tributada para artista alguno. No obstante, ya debió ser galardonado con el Oscar por su magistral película TIEMPOS MODERNOS de 1936, así como por su maravillosa banda sonora que es considerada como una de las más perfectas y espléndidas por su precisión para acompañar una cinta muda. ¿Quién entiende a los críticos?

CANDILEJAS, LIMELIGHT en inglés, es el final de una de las carreras más importantes y trascendentales de la Historia del Cine, puesto que sin el genio de Charles Chaplin, el Séptimo Arte no podría entenderse.

“Nada se va... tan sólo cambia” CANDILEJAS, CHARLES CHAPLIN

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