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Carlos Hugo Laruta
11/05/2015 - 09:30

Cumbre Agropecuaria: 2 Bolivias

Después de esos resultados magrísimos, la Bolivia agroindustrial buscará encontrar mejores espacios en la Estrategia 2020-2025 del Gobierno de Evo Morales y las políticas públicas que pudieran derivarse de ella, si es que el Gobierno hace buena gestión en el tema, lo que es poco probable. La Bolivia campesina, después de oponerse a los otros, deberá resignarse con los claroscuros del Plan Mi Agua, de INSUMOS-Bolivia en alimentos, de los pocos planes de varios Ministerios, del muy inicial Seguro Agrícola para pequeños campesinos y de la letra muerta de la imaginativa Ley de Desarrollo Productivo.

Hubo en Santa Cruz hace poco un empate catastrófico en la Cumbre Agropecuaria. Hicieron sus desfiles, con sus intenciones claras, las 2 Bolivias agropecuarias, la una agroindustrial cruceña y beniana (sobre todo soya, arroz, maíz, sorgo, ganado vacuno) y la otra la campesina parcelaria del occidente del país (sobre todo hortalizas y verduras, papa, frutas de valle y algunos granos); y aunque faltó la agrícola industrial ilegal, la de la coca-cocaína, muy rentable, algún malicioso –y nosotros no lo somos- podría decir que estuvo representada en la Cumbre disimuladamente por alguna autoridad del Estado.

Pero bueno, puede decirse también que hubo 2 victorias pírricas, en la que la gran perdedora fue Bolivia vista en conjunto, en unidad, como la soñamos algunos ilusos de la Bolivia democrática. La Bolivia agroindustrial (CAINCO-ANAPO) llevó 4 banderas: a) seguridad jurídica de la tierra, que quedó en el limbo, b) ampliación del plazo para demostrar la función económico-social de la tierra, y logró la ampliación en el plazo de 2 a 5 años, y la ampliación del registro en la Restitución de Bosques hasta por 18 meses, c) uso de semillas transgénicas y manejo genético del ganado, y obtuvo una autorización “de facto” para seguir usando transgénicos, y d) exportación agroindustrial sin cupos: y obtuvo las siempre amenas promesas del Gobierno de considerarlo. La Bolivia agropecuaria tradicional (Pacto de Unidad-CSUTCB-Bartolinas-Colonizadores), fue a hacer resistencia a los otros en lo que cree que es una pulseta “fundamental” y logró –eso sí-  “neutralizar” o semiparalizar la agenda de los otros, de los agroindustriales, como si esto fuera gran cosa.

Después de esos resultados magrísimos, la Bolivia agroindustrial buscará encontrar mejores espacios en la Estrategia 2020-2025 del Gobierno de Evo Morales y las políticas públicas que pudieran derivarse de ella, si es que el Gobierno hace buena gestión en el tema, lo que es poco probable. La Bolivia campesina, después de oponerse a los otros, deberá resignarse con los claroscuros del Plan Mi Agua, de INSUMOS-Bolivia en alimentos, de los pocos planes de varios Ministerios, del muy inicial Seguro Agrícola para pequeños campesinos y de la letra muerta de la imaginativa Ley de Desarrollo Productivo.

Y, cuando uno vuelve a preguntar quién ganó?...se ratifica que nadie, y que la gran perdedora es Bolivia, la Bolivia que si su gobierno no fuera tan confrontacional y peleón, quizá pudiera diseñar un camino con 2 vías paralelas de co-existencia de esas 2 realidades taxativas que existen hoy en nuestra Bolivia, la de la agroindustria de exportación de alta rentabilidad y de alta tecnología, y la de la agropecuaria campesina familiar de baja rentabilidad, en gran medida ecológica y sostenible. Excluimos de esta evaluación a la agricultura coca-cocaína, porque quizá a pesar de estar ausente formalmente de la Cumbre Agropecuaria, es la única que ganó por ausencia, porque nadie la molestará y seguirá como el negocio agrícola e industrial más rentable de todos.

Y, finalmente, alguien diría, si esos son los resultados, entonces para qué se hizo la Cumbre? El Gobierno quiso mostrar a la CAINCO que aunque sean aliados en algunas cosas, él es quien manda y tiene amigos “poderosos” que acuden a su llamado si los necesita (el Pacto de Unidad), y les dijo que no crean que los agroindustriales van a aprovecharse de la situación para crecer más de lo que lo permita el socio mayor.

La CAINCO asistió al combate y logró muy poco, y salió medio despeinada de la Cumbre. El Pacto de Unidad aunque en realidad no logro nada de nada que beneficie directamente a sus representados (los millones de campesinos parcelarios que son sus bases), si demostró que sigue siendo una fuerza de choque, movilizable, y que actúa muy bien cuando de frenar se trata, pero no tiene propuestas y demandas de bienestar para los millones de campesinos parcelarios de Bolivia.

Y bueno, el empate catastrófico ya está dado, y mientras tanto ayer domingo 10 de mayo, la ANAPO dijo que se cultivara 30.000 hectáreas menos de 6 granos, sobre todo de maíz y chía. Son malas las condiciones para el crecimiento del sector agropecuario boliviano, tanto del agroindustrial como del agropecuario tradicional. La Cumbre no resolvió nada. 

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