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Carlos Hugo Laruta
27/05/2015 - 10:00

La independencia sindical

Las organizaciones pueden hacer acuerdos y pactos con las instituciones estatales, los partidos políticos y las instituciones privadas, pero, como dijo algún dirigente indígena, “sin vender su alma al diablo”, es decir manteniendo – a pesar de los acuerdos que hubiera- su condición de organizaciones independientes, su calidad de organizaciones de la sociedad civil, su calidad de representaciones de los intereses de sus bases y afiliados. Llegó la hora de la independencia sindical.

La COB nació el 16 de abril de 1952, a pocos días de los enfrentamientos en La Paz que se iniciaron el 9 y terminaron el 11 de abril con la rendición de los militares –“sin vencedores ni vencidos”- en Laja. En ese marco, la COB nació con destino de poder, y muy pronto Juan Lechín Oquendo, Secretario Ejecutivo de la flamante organización social que amparaba a la “alianza de clases nacionales”, pasó a ser Ministro de Minería y Metalurgia –junto a otros dirigentes- en el primer Gobierno del MNR que tenía a la cabeza a Víctor Paz.

A los pocos meses de abril de 1952, y cuando Lechín había ejercido ya el Ministerio de Minería en un esquema que en ese entonces se llamó co-gobierno MNR-COB, debido a que los miembros de la novel COB no veían resultados favorables concretos para sus afiliados de las distintas organizaciones sociales que la componían, sobre todo los mineros, Juan Lechín fue obligado a tomar la decisión de si o era dirigente sindical o era Ministro de Estado. Y Lechín escogió lo suyo, al reintegrarse plenamente a la Secretaria Ejecutiva de la COB y dejar sus funciones en el gobierno nacional.

Más adelante. la CSUTCB se organizó en 1979. Y el presidente Hernán Siles,  abrió la co-gestión en una parcela de su Gobierno a la CSUTCB a través de las Corporaciones Agropecuarias Campesinas (CORACAs), definidas por sus impulsores como “brazos económicos” de los campesinos o, en términos simples, manejo corporativo de recursos públicos y de sus afiliados por dirigentes campesinos nombrados Gerentes y técnicos de las CORACAS, con mucho parecido con lo que hace poco se desmoronó en el Fondo Indígena en el Gobierno de Evo Morales.

En el gobierno actual, el funcionamiento del Fondo Indígena y su fracaso como modelo de cogestión MAS-IPSP o MAS-Pacto de Unidad, fue solo un experimentalismo vacío en el que los afectados son, los miles de mujeres y hombres,  las “bases” indígenas-originarias-campesinas de todo el país, que no encontraron con los proyectos del Fondo Indígena el camino al desarrollo sostenible que mejore su calidad de vida. Fue una trampa para los pueblos indígenas, originarios y campesinos, asentada en el abandono total de los teóricos del gobierno que en más de 9 años de gestión en el Fondo Indígena no tuvieron la capacidad de poner en la práctica lo que teorizaban sobre las “tensiones creativas de la revolución”.

En su momento, después del co-gobierno MNR-COB, la COB recuperó su independencia sindical. Al 2015 solo sobreviven pocas CORACAS, convertidas casi todas en unidades de acopio y comercialización de los mismos productores sin ningún vínculo con el Estado. Varias de ellas, como CORACA Irupana, después de años de respaldo de la comunidad internacional, terminaron hace poco sucumbiendo en medio de denuncias de mala gestión y quiebra económica.

Hoy, la quiebra del Fondo Indígena y el enjuiciamiento a más de 200 dirigentes campesinos-indígena-originarios (casi toda la cúpula del Pacto de Unidad en los últimos 10 años), derivada de una fallida experiencia del co-gobierno MAS-IPSP (Pacto de Unidad), nuevamente muestra una característica de la constante manipulación de las organizaciones sociales bolivianas por distintos gobiernos y dirigentes sociales que son parte de la clientela política de esos gobiernos.

Pero, CONAMAQ se reorganiza. La CIDOB lo propio. La COR de El Alto también. La CSUTCB pronto recuperará su independencia sindical, y ya dio el primeros pasos la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa de La Paz. Y cuando las organizaciones urbanas de maestros, trabajadores en salud, fabriles y otros vean que el gobierno incumple sus compromisos y que la canasta familiar sigue subiendo, entonces la COB se dará cuenta que las organizaciones sociales fueron llamadas a ser parte de algo que les reportó dinero a unos pocos y desprestigio a una enorme mayoría de sus bases.

Las organizaciones pueden hacer acuerdos y pactos con las instituciones estatales, los partidos políticos y las instituciones privadas, pero, como dijo algún dirigente indígena, “sin vender su alma al diablo”, es decir manteniendo – a pesar de los acuerdos que hubiera- su condición de organizaciones independientes, su calidad de organizaciones de la sociedad civil, su calidad de representaciones de los intereses de sus bases y afiliados. Llegó la hora de la independencia sindical.

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