Alimentos
Redacción Oxígeno
31/10/2017 - 11:44

Con estos sencillos trucos podrás conservar bien la lechuga

Una forma de conservar la lechuga es guardarla directamente en la nevera, tal y como la compramos, e ir lavándola poco a poco. 

En la nevera, procuraremos que las hojas no toquen las paredes para conservarla. /Foto: Internet

Existen muchas variedades de lechuga en el mercado. Una de ellas es la lechuga romana, con hojas alargadas de color verde oscuro, con una gran tija, fibrosa y crujiente que suele tener una caducidad de una semana aproximadamente. También la lechuga arrepollada , con hojas más rígidas, de color verde-amarillo y un sabor más suave que se conserva durante más tiempo. Este vegetal está caracterizado por sus finas hojas y su corta caducidad.

En todas ellas, hay dos aspectos fundamentales para su adecuada conservación: la humedad y el aire. La lechuga necesita una adecuada cantidad de flujo de aire yun poco de humedad para mantenerse fresca. La eliminación de aire ayuda a prevenir la oxidación, que es lo que causa que la lechuga modifique el color, pero no afecta a la textura.

Una forma de conservar la lechuga, que podría aplicarse también a otras hortalizas de hoja verde como las acelgas, es guardarla directamente en la nevera, tal y como la compramos, e ir lavándola poco a poco, a medida que se vaya preparando para consumir (siempre y cuando no esté excesivamente sucia de tierra o barro). Para ello, deberán seguirse unas pautas determinadas:

- La lechuga debe ser fresca, que no esté marchitada y que, incluso, tenga algunas gotitas de agua (de origen, no añadidas).

- Es importante también fijarse en el color, cuanto más verde, mejor y las hojas exteriores serán más gustosas.

- En la nevera, procuraremos que las hojas no toquen las paredes.

- La pondremos en los cajones en la zona menos fría y dentro de una bolsa.

- Iremos arrancando las hojas a medida que las vayamos preparando y consumiendo. Es preferible arrancar las hojas con las manos.

- Para limpiarla, se pondrá bajo el chorro de agua. Es recomendable no dejar las hojas en remojo, sino lavarlas y secarlas.

- Puede usarse un envase centrifugador para secarla.

Otra manera de conservar la lechuga es limpiarla antes de poner en la nevera. En este caso, el proceso es el siguiente:

- Lavar las hojas con agua e incluso con unas gotas de lejía para uso alimentario y enjuagar bien.

- Secar bien las hojas con un envase centrifugador y ponerlas en un envase con papel de cocina para que absorba la humedad.

- Las hojas, si se guardan enteras, duran más. De esta manera se conservan bien durante unos tres a cinco días.

 

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