En un partido de alta intensidad, Bolivia y Brasil no se pudieron sacar ventajas y terminaron empatando con una consagratoria actuación de Carlos lampe, que tapó todo lo que le llegó y no permitió que Neymar entone el grito sagrado en el Siles

De hecho, el espectáculo se lo robaron esos dos jugadores. Neymar, por parte de Brasil, hizo lo que quiso con la defensa boliviana y Carlos Lampe del lado boliviano, fue una muralla que la canarinha no fue capaz de superar y terminó de consagrarse como el dueño del arco de a Verde.

El partido en si fue de total dominio brasileño. Bolivia nunca logró acomodarse en el campo y el equipo de Tite demostró por qué es el mejor equipo de estas eliminatorios.

Con un juego simple, a un solo toque y siempre descansando en los pies de Neymar, Brasil se apoderó del espectáculo en el Hernando Siles.

La defensa boliviana nunca pudo entenderse por completo, Raldes, Valverde y Gutiérrez pasaron apuros cada vez que los brasileños se acercaban con pelota dominada y si no fuera por el portero nacional, hubiera podido ser una goleada de proporciones.

Antes de los 15 minutos Lampe salvó la primera oportunidad clara de gol. Un remate de Neymar a su palo inferior izquierdo parecía entrar al arco de la Verde, pero lampe ‘arañó’ el balón para mandarlo al córner.

Minutos después, el mismo jugador del PSG francés se encontró cara a cara con el guardameta cruceño, que nuevamente volvió a ahogarle el grito de gol, esta vez con el rostro.

Y es que Bolivia nunca encontró los caminos para siquiera inquietar a Allinson, que en lo general tuvo una jornada demasiado tranquila.

La tercera intervención meritoria del arquero boliviano llegó al promediar la media hora del encuentro. Gabriel Jesús se encontró con la pelota afuera del área grande y lanzó un potente remate que nuevamente se encontró con Carlos Lampe.

Y, por si fuera poco, Lampe se dio el lujo de ganar otro mano a mano con el 10 de la Canarinha. Era casi el final del primer tiempo y Neymar se encontró solo frente a la muralla que tuvo la Verde esta tarde que salió de una buena manera a cerrarle el ángulo de tiro. Ante ello, el delantero intentó amargarlo, pero Lampe leyó bien la jugada y logró manotear el balón. La jugada no terminó ahí, la pelota volvió a llegar a los pies de Neymar, que remató en dos oportunidades y sus disparos fueron despejados en la línea por los defensores bolivianos.

La mejor y única jugada de peligro del equipo boliviano llegó a los 47 minutos de la etapa inicial. Una jugada iniciada por Juan Carlos Arce, permitió a Machado sacar un centro pasado que fue bien bajado por Marcelo Martins para que Diego Bejarano saque un potente remate de derecha que pegó en el travesaño. Así terminó el primer tiempo.

La etapa complementaria tuvo un libreto idéntico al primero e incluso el dominio de Brasil se hizo más evidente.

Ya a los dos minutos, Paulinho, el jugador del Barcelona, cabeceó un centro de Neymar que fue apenas despejado por Carlos Lampe, con ayuda del poste.

Y es que durante todo el segundo tiempo Boliva no pudo llegar al arco rival. Allinson fue un espectador más y Lampe se hizo cada vez más gigante.

Durante los segundos 45 minutos volvió a ahogar el grito de gol de Neymar en más de dos oportunidades, al igual que a Gabriel Jesús.

Ya en la parte final vino la parte fea del compromiso. Mauricio Soria, que tuvo que dirigir desde la tribuna por sanción, decidió el cambio de Juan Carlos Arce – de discreto partido- por Jhasmani Campos. Esto no gustó a la gente, que no dudó en recriminar al técnico y producto de ello un aficionado se fue arrestado.

Al final, Bolivia consiguió un punto por demás inmerecido y Brasil sigue consolidando una idea de juego que, parece, impenetrable.