Con un sistema de asistencia arbitral por video (VAR)  de protagonista – o antogonista-, Lanús dio el batacazo de la fecha y con una victoria de 4 goles contra 2 eliminó a River Plate y accedió, por primera vez en su historia, a la final de la Conmebol Libertadores Bridgestone.

Lo que nadie discutirá es que fue un partidazo. Emocionante de principio a fin. Con jugadas imprescindibles, y atajadas impensadas, sobre todo del arquero local.

Y es que el partido de hoy empezó a pedir de boca para River. El conjunto Millonario empezó dominando el encuentro y se puso en ventaja rápidamente. Un ingenuo penal de Pasquini dio la oportunidad para que Scocco anote el primero – y de paso alcance a Alejandro Chumacero en la cima de la tabla de goleadores-.

El gol anotado por el equipo de la banda roja, obligaba a que Lanús haga 3 – River había ganado 1-0 de local y el gol visitante vale doble-, algo que parecía imposible, sobre todo por el nivel de juego que estaba demostrando el equipo de Almirón.

La ilusión Granate parecía desvanecerse, aún más, cuando River anotó el segundo, gracias a Montiel.

Parecía partido liquidado. Lanús necesitaba anotar cuatro goles y, durante todo el primer tiempo, parecía que River estaba más cerca del tercero que el Granate del descuento.

De hecho, el 3- 0 pudo llegar, un claro penal en contra de Scocco no fue cobrado por Wilmar Roldán, pese a que fue advertido por la gente que maneja el VAR.

Esa fue la jugada que cambió el partido. River se descontroló y Lanús encontró una luz al final del túnel, que se hizo más resplandeciente en la última jugada del primer tiempo, gracias a un remate de José Sand que superó la débil resistencia de Lux.

El primer tiempo terminaría 2 a 1 a favor del Millonario.

El segundo tiempo, en cambio, no pudo empezar mejor para el local. Una rápida jugada terminó con el empate Granate, nuevamente gracias a ‘Pepe’ Sand.

Ahí, volvió a entrar al juego el polémico VAR. Roldán decidió consultar a la tecnología para verificar si el autor del gol estaba correctamente habilitado. Después de un –eterno- minuto, el árbitro dio el gol por válido y el empate fue una realidad.

El empate fue un duro golpe para River, que pasó 20 minutos de terror, sin encontrarse en la cancha y siendo totalmente dominado por Lanús.

Fue en ese lapso de tiempo que el partido se inclinó para el Granate. Primero, llegó el gol de Lautaro Acosta, tras una buena jugada de Sand, para poner al local a un gol de una hazaña.

Y fue ahí donde la presencia del VAR se hizo determinante. Un ataque de Lanús terminó con un claro penal en contra de Maximiliano Velásquez, que fue notoriamente derribado por Montiel.

En primera instancia el árbitro colombiano no cobró el penal, pero en ese momento le llegó el anuncio, las imágenes mostraban que era falta.

Incrédulo, Roldán fue personalmente a verificar las imágenes de televisión y, tras dos minutos de incertidumbre, cobró el penal para Lanús, que fue convertido por Silva para hacer posible el milagro.

A partir de ahí se hizo un partido de ida y vuelta. River yendo al ataque con todas sus armas y Lanús al contragolpe y fue en ese momento que Andrada, el arquero Granate, se hizo figura. Sacó tres pelotas claras de gol y cuando el no pudo fue ayudado por el poste.

Al final, Lanús – el equipo que eliminó a The Strongest en octavos de final- logró lo impensado y se clasificó a su primera final de su historia.

Mañana conocerá a su rival, que saldrá del partido que Gremio (3) y Barcelona (0) jugarán en Brasil.