The Strongest es uno o el mayor perjudicado con la decisión de anular los torneos que se venían jugando por la División profesional boliviana este 2023.

El Tigre era el líder del torneo ‘todos contra todos’, sacando hasta seis puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, Nacional Potosí, y también lideraba la tabla acumulada.

Empero, el haber estado en primer lugar todo el año no le serviría de nada y por eso su dirigencia hizo notar su rechazo a la decisión de anular los torneos.

The Strongest, fue, precisamente, uno de los tres clubes que no votaron a favor de la decisión, junto a Wilstermann y Real Santa Cruz – aunque uno de los dos, se desconoce cuál, decidió abstenerse-.

Por ello, el presidente del club de Achumani, Héctor Montes, afirmó que la decisión de anular los torneos no es definitiva, pues aún puede ser revertida por parte de la Conmebol.

“No creo que alguien haya declarado que esto es definitivo, hay que esperar a qué dice la Conmebol (…) La Conmebol yo creo que va a ser sabia para determinar algo justo”, señaló.

Incluso, señaló que su dirigencia analiza si el club enviará alguna documentación a la Conmebol para tratar de revertir lo dispuesto por el Consejo de la División Profesional.

Además, el Presidente atigrado afirmó que no se puede jugar un nuevo torneo sin que antes concluyan las investigaciones por los presuntos amaños de partidos y no se sancione a los responsables.

Advirtió que de jugarse un nuevo torneo, cualquier error arbitral o de otra índole será factible a acusaciones de amaño y no será nada serio.

Esta jornada, en Consejo Superior de la División Profesional del Fútbol Boliviano se tomó la decisión de suspender el torneo de la Liga y de la Copa Profesional de la gestión 2023 debido a las denuncias de amaños de partidos.

En conferencia de prensa, el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Fernando Costa, señaló que la decisión  se tomó con 14 votos a favor, 2 en contra y una abstención después de conocerse denuncias de una presunta red de corrupción, que involucra a jugadores, dirigentes y árbitros, para amaños de partidos, sobornos y apuestas.