Bolivia logró lo que, en un momento, parecía imposible. En el estadio de Villa Ingenio, en la ciudad de El Alto, derrotó a Brasil por la mínima diferencia y, aprovechando la derrota de Venezuela ante Colombia (3-6) pasó al repechaje al Mundial.

La Verde ganó con un gol de penal de Miguel Terceros y sigue soñando en grande más de 30 años después de haber estado en la Copa del Mundo.

Fue un partido marcado de tensión. La Verde no jugó su mejor partido, particularmente en El Alto, pero tuvo esa pizca de suerte que muchas veces le falta.

Y es que el nerviosismo se dejó ver en los jugadores bolivianos, sobre todo a la hora de tener el balón en los pies. Defensivamente hizo un partido casi perfecto, pero careció de ideas y profundidad para generar ocasiones de gol.

La Canarinha apeló a una doble línea de 4 y a los pases cortos para cortar el ritmo del local. Ese juego, muchas veces, desesperó a los jugadores bolivianos que intentaron rematar “de todo lado” en busca del primero.

Dentro de todo el nerviosismo y ansiedad, Moisés Paniagua y, sobre todo, Miguel terceros fueron los hombres diferentes de la Selección. Por sus respectivos lados, fueron los dos llamados a buscar desequilibrar con su buen juego individual y por sus pies corrían las emociones de la Verde.

Así, la jugada más importante del partido llegó al filo del primer tiempo. Roberto Carlos Fernández fue derribado en el área brasileña en una jugada que parecía pasar sin mayores consecuencias. Empero, el VAR llamó al árbitro, quien cobró el penal para la alegría de todo un país.

Fue Miguel Terceros quien se hizo cargo de esa “pelota caliente”. Sin duda, el penal más importante de su, aún, corta carrera. La presión no pudo con él y con un fuerte remate cruzado venció a Allison Becker, arquero del Liverpool inglés que le adivinó el lado, pero no pudo ante la potencia y exactitud del remate.

Con el gol, Bolivia tomó una postura, a veces demasiado, conservadora en el complemento. Cedió el balón y la iniciativa a Brasil y buscó apelar a los contragolpes.

La Canarinha, así, hizo gala de su buen juego de pies, pero nunca se animó a subir la intensidad para inquietar a un siempre sólido Carlos Lampe.

Bolivia, todo el segundo tiempo, se mantuvo fiel a lo que buscó. Mordió en el miedo, tuvo una defensa prácticamente impecable y, cuando pudo, buscó aprovechar su velocidad para tratar de aumentar diferencias.

Como en el primere tiempo, el respiro llegaba cuando Miguel Terceros lograba hacerse con el balón. El habilidoso extremo se encargó de buscar inquietar a la defensa visitante y ganó más de una falta que significaban un gran aire para los de Verde.

Bolivia, así, supo aguantar hasta que Brasil se quedó sin aire y fue cerca del final cuando pudo anotar el segundo, pero un gran cabezazo de Carmelo Algarañaz fue increíblemente rechazado por Allison.

Con 5 minutos de adición, fueron los últimos 120 segundos cuando más sufrió la Verde. Brasil, con su último aire, logró profundidad pero se encontró con toda la experiencia de un Carlos Lampe que, como premió, se quedó con la última pelota del partido.

Así, Bolivia pasó al repechaje al Mundial, instancia que diputará el marzo del 2026 con el objetivo de inscribir su nombre en la máxima cita del fútbol.