19 de noviembre (Oxígeno).- "Hemos visto estadísticas de la División de Tránsito que indican que ocurren 40 mil accidentes relacionados con el alcohol al año, por lo que hemos visto la necesidad de desarrollar este sistema que mediante sensores detecta y evita que la persona en estado de ebriedad conduzca”, explicó Amílcar Goyzueta,  uno de los investigadores y responsable del proyecto del Instituto Tecnológico Ayacucho. 

El proyecto tiene dos mecanismos de control: en el primero, el conductor debe someterse a un test de alcoholemia antes de arrancar su vehículo. La prueba de alcoholemia estará instalada en el motorizado y el sistema estará conectado a los principales elementos del vehículo. En caso de detectar que el conductor  se halla en estado de ebriedad se bloqueará automáticamente el sistema de arranque.

Si el conductor burla este primer sistema, se activará el segundo mecanismo que incluye sensores programados para detectar alcohol en el espacio donde se sitúa el conductor y no así donde están los acompañantes.

Para probar el mecanismo se hicieron 100 pruebas, en 90% de las mismas se consiguió un resultado exitoso, el 10% tuvo algunos errores por una falla de sensor. “Es totalmente confiable el proyecto”, aseguró Amílcar Goyzueta, quien trabajó en el proyecto durante tres meses y medio.

El objetivo a mediano plazo es producir el programa en grandes cantidades. También firmar convenios con la división de tránsito para obligar a las personas sorprendidas manejando en estado de ebriedad a instalar el programa en un plazo de 10 días, tiene un costo de $us. 600.

El proyecto no queda ahí, los creadores trabajan en un tercer sistema para detectar el estado fisiológico del conductor. “Muchas veces los accidentes ocurren por el cansancio y sueño del conductor, por eso estamos ampliando este sistema, que estará listo en un año a más”, reveló el responsable.

“Nosotros no solo queremos implementarlo con tránsito, sino plantearlo al Estado”, indicó Wenceslao Quiroz, capacitador.

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