El pasado 15 de mayo,  Mauricio Ydagua, un menor de 13 años, después de retornar a su hogar, tras haber practicado su deporte favorito, el fútbol, comenzó a sentir un leve cosquilleo en la rodilla izquierda. No le dio importancia, al llegar la noche, no pudo dormir por el dolor y fue a la habitación de sus padres para pedir ‘ayuda’. En ese mismo instante, su mamá Natalia Kama le frotó con ungüentos para apaciguar el ardor, no tuvo éxito.

Al día siguiente, la lesión interna que sufría hizo que la rodilla se le inflamará, y el dolor era insoportable. Al ver  llorar a su pequeño, Verónica pidió permiso en su trabajo de cocinera y lo llevó al centro de salud de San Buena Ventura, de donde son oriundos. El cuadro no fue alentador, los médicos le pidieron radiografías y por falta de plata no pudieron realizarse el examen. Pasó una semana, Mauricio comenzó a convulsionar y no podía ponerse de pie. El 22 de mayo, de emergencia los trasladaron en un avión hasta el hospital del Niño por su delicado estado de Salud.

“Llego moribundo”, relata una de las enfermeras de la Sala de Terapia Intensiva, mientras atiende al menor, que está postrado en la cama 6 de esa unidad, apenas si puede articular palabra. Está pálido y muy delgado, llora al ver su mamá que le acaricia la cabeza y le pide ‘susurrando que lo saque de ahí’  para retornar junto a sus seis hermanos y su padre que se quedaron en San Buenaventura.

La mujer explica que los médicos le detectaron osteoartritis en la rodilla, pero el cuadro se complicó y más tarde le informaron que padecía neumonía complicada con neumotórax, que le impide respirar con normalidad, por lo que permanece entubado.

“No sé qué hacer, ya lo han operado de sus pulmones, de la rodilla. No come. A veces mejora, y al día siguiente está a punto de morir. Como madre me siento impotente al ver sufrir a mi hijito”, dice sollozando.

REQUIEREN AYUDA PARA VIVIR

El menor ya está internado más de un mes en el nosocomio infantil y la cuenta sobrepasa los 25 mil bolivianos. Los médicos señalan que Mauricio tiene una complicada evolución y no será dado alta pronto y eso preocupa a la mujer que indica que no tiene suficientes recursos económicos, ya que su esposo es jornalero y con lo poco que gana debe alimentar a sus seis hijos que se quedaron en su lugar de origen, entre ellos dos pequeños de cinco y dos años, que cada vez que se comunican, por teléfono, con su mamá le piden a gritos que retorne a su hogar.

“Mis pequeñitos está ahí. Cada vez que hablo lloran y me duele el alma. Yo sólo les digo que pronto iré a verlos”, se lamenta y relata que duerme en los pasillos del hospital porque no tiene familia, ni conocidos en la sede Gobierno, además ya se acabó el poco dinero que traía porque invirtió en algunas medicinas para su hijo, que en otros tiempos, soñaba con ser un famoso futbolista, al igual que su ídolo Leonel Messi para ayudar a su familia; esos anhelos, por ahora, están en pausa por su estado.

“Él era un niño muy sano, siempre jugando, cariñoso y buen estudiante. A veces me dice, mami sácame, vámonos a la casa, ya no aguanto el dolor o me matas”, expresa con lágrimas en los ojos.

Doña Natalia requiere de la solidaridad de las personas para sacar adelante a su pequeño. Para ayudarla pueden comunicarse al número de celular 73589354 o buscarla en Trabajo Social del Hospital del Niño. Además se necesita pañales para adultos y alimentos para la madre que se encuentra sola en estos difíciles momentos.

^{Natalia muestra la cuenta que debe al hospital del Niño.}