El Papa Francisco ha mostrado su “dolor y horror” por la toma de la Iglesia Saint-Étienne-du-Rouvray, en Normandía, Francia, y el asesinato del sacerdote Jacques Hamel, de 84 años de edad, durante la celebración de una Misa.

El portavoz del Vaticano, el P. Federico Lombardi, subrayó la “condena radical” que el Papa ha hecho ante “toda forma de odio” y aseguró la oración del pontífice por las personas afectadas.

El sacerdote fue decapitado y varias personas resultaron heridas después de que dos hombres tomaran como rehenes a dos religiosas y feligreses que participaban en la misa, utilizando cuchillos.

Tras la operación especial de la policía francesa, ambos secuestradores han fallecido. La agencia de noticias Amaq, anunció que los atacantes eran "dos soldados de Estado Islámico".

Según informaciones publicadas en medios franceses, uno de los asaltantes sería Sid Ahmed Ghlam, un argelino de 24 años que había estado preso el año pasado por querer atentar contra iglesias. Salió de la cárcel en pasado marzo. Estaba fichado por la policía por realizar actividades cercanas al Islam radical y había viajado a Siria en varias ocasiones para unirse a grupos yihadistas.

JACQUES HAMEL

Era un sacerdote de 84 años, quienes lo conocieron lo recuerdan como un hombre valiente, servicial y de paz. Nació en Darnétal, en la región de Normandía. Fue ordenado sacerdote en 1958, y hace seis años celebró 50 años de servicio a la Iglesia.

En declaraciones a RTL, el sacerdote Auguste Moanda-Phuati, comenta que “en mi ausencia era él quien oficia un poco en la iglesia. Era un sacerdote valiente para su edad. Los padres tienen el derecho de retirarse a partir de los 75 años pero él se sentía todavía fuerte”.

“Él decía que no hay sacerdotes y por eso podía estar al servicio. Prefirió quedarse en este lugar y seguir trabajando”, agrega.

FRANCOIS HOLLANDE PIDE UNIDAD

El Presidente de Francia, Francois Hollande, llegó hasta la localidad y aseguró que los perpetradores reclamaron ser miembros del Estado Islámico. Hollande dijo que el ataque fue cometido por “dos terroristas que decían ser del DAESH” y gritaron “Alá es grande” durante el asalto.

Ante la “elevada amenaza” que sufre Francia, el presidente ha llamado a la unidad del pueblo francés para hacerle frente. "El Estado Islámico nos ha declarado la guerra, y debemos librarla", agregó el mandatario.