U.S.A. y Rusia
Henry Arancibia Fernández
20/06/2017 - 10:51

'Impeachment' contra Trump

La Presidencia de Estados Unidos tambalea, en Washington ya se habla de 'impeachment'.

Foto: commondreams.com

El presidente estadounidense, Donald Trump, es un personaje polémico. Su torpeza verbal le ha valido titulares fijos en los medios, de lunes a domingo. Su campaña electoral, previa a su llegada a la Casa Blanca, fue una lamentable demostración de xenofobia e intolerancia hacia los mexicanos o a los musulmanes. Sin embargo, el supuesto vínculo que la administración Trump guarda con el Kremlin parece ser el principal conflicto de gobierno, pues puede ser el motivo inicial para solicitar un proceso de ‘impeachment’.

Trump, hombre de negocios y político novato, nunca ocultó su simpatía por el primer mandatario ruso, Vladimir Putin, con quien buscaba (o busca) mantener buenas relaciones diplomáticas. Tal intención genera sospecha en Estados Unidos, donde  cualquier intento de acercamiento con los políticos de Rusia es un tabú. Después de todo, ambas naciones son rivales en la disputa del poder mundial. En el caso de Trump, se le acusa de recibir ayuda deshonesta del Kremlin para ganar las elecciones presidenciales del 2016.

El motivo para iniciar el ‘impeachment’ no sería, precisamente, la relación Washington y Moscú; sino el supuesto intento de Trump por obstruir una investigación sobre dicha relación. Para lograr su cometido, el Presidente habría despedido a James Comey, exdirector del FBI, para frustrar el descubrimiento de alguna práctica inaceptable para una autoridad de su jerarquía.    

La relación entre la Casa Blanca y el FBI se deterioró poco tiempo después del arribo del empresario a la silla presidencial. Los detalles del mal ambiente entre la primera autoridad estadounidense y Comey se conocieron en la declaración que brindó este último ante el Comité de Inteligencia del Senado. Las acusaciones en contra del republicano fueron varias: Comey denunció que Trump solicitó su ayuda para dispersar toda crítica referida a su relación con Rusia; también resaltó cómo el primer mandatario fue enfático y repetitivo al negar haber estado con prostitutas rusas, presunto motivo de chantaje político de la administración Putin; y entre otros asuntos, Comey no dejó de lado el insistente pedido de Trump por contar con su “lealtad”, probablemente como un acto de complicidad para dejar esconder ciertos asuntos comprometedores. La declaración fue extensa, el exdirector del FBI divulgó absolutamente todo tipo de datos inconvenientes para el actual Presidente de Estados Unidos.

El despido de Comey y su declaración son elementos suficientes para exigir la destitución de Trump de la Presidencia. Sin embargo, el Presidente puede brindar más motivos para provocar un “impeachment”. El rumor sobre otro despido arbitrario desde la Casa Blanca es imparable. En este caso, el despedido sería Robert Swan Muller, Fiscal reemplazante de Comey en el caso Rusia-Trump. En caso de ocurrir la destitución de Muller, el Congreso podría exigir la renuncia inmediata del primer mandatario.

En la actualidad, el congresista demócrata Brad Sherman ya elaboró una moción de ‘impeachment’ en contra de Trump, aunque su propuesta todavía carece del apoyo suficiente, en especial porque el Congreso cuenta con mayoría republicana. Solo el despido de Muller sería el detonante para iniciar el proceso por “obstrucción de la justicia”.

 De todas maneras, el camino a recorrer es largo: la iniciativa de un proceso de ‘impeachment’ debe partir de cualquier miembro de la Cámara de Representantes (Cámara Baja de Estados Unidos) y ser aprobada por una mayoría de los integrantes del Comité Jurídico de la Cámara de Representantes. En caso de que la propuesta se apruebe, esta retorna a la Cámara de Representantes, donde todos los integrantes votan a favor o en contra de continuar con el proceso. Si una mayoría apoya la continuación del proceso, este pasa a la Cámara Alta, donde se decide el destino final del Presidente, quien debe renunciar si el 67% de los Senadores le declaran culpable de la acusación que pesa en su contra. El ir y venir puede durar más de un año.

El intento por destituir a Donald Trump puede resultar tedioso por su lentitud. Los demócratas de centro derecha demuestran cierta desesperación por recuperar algo del poder perdido desde la partida de Barack Obama y todavía no asumen la derrota en las elecciones presidenciales de Hillary Clinton, esposa de Bill Clinton, quien es expresidente y fue sometido a un proceso de ‘impeachment’ durante su mandato.

¿Cuánto podría cambiar el panorama político si se destituye a Trump? Primero, el sustituto sería el Vicepresidente Mike Pence, un hombre similar a Putin, al menos ambos son homofóbicos e intolerantes (Pence cree que la homosexualidad es algo que puede “curarse” y Putin declaró que no tomaría un baño al lado de un homosexual). Segundo, los demócratas tendrían que esperar hasta las próximas elecciones para tener un presidente de su partido, aunque parecen conformarse con Pence. ¿Será porque, salvo su postura ante Rusia, los demócratas y los republicanos de turno tienen más similitudes que diferencias?

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