El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México emitió una alerta por el nuevo huracán Max, categoría 1, que amenaza las costas del Pacífico mexicano, cerca del puerto turístico de Acapulco, en el estado de Guerrero.

Según el comunicado, a las 7:00 horas del 14 de septiembre (12.00 GMT) la "distancia al lugar más cercano es de 85 kilómetros al suroeste de Acapulco, estado de Guerrero", con vientos sostenidos de 120 km/h y rachas de 150 km/h, para convertir a la tormenta tropical en huracán categoría 1, la menor en la escala Saffir Simpson.

Con el desplazamiento actual de todo el huracán de 9 kilómetros por hora, las autoridades meteorológicas esperan que toque tierra al final de este jueves. A las 13.00 horas locales (18.00 GMT), el pronóstico de la trayectoria localiza el huracán a 30 kilómetros del puerto de Acapulco, Guerrero, con vientos de 140 a 165 kilómetros por hora.

A la 1.00 de la madrugada del viernes (6.00 GMT), el ciclón se convertiría en tormenta tropical sobre la región montañosa de Guerrero, a 70 kilómetros al noroeste de Punta Maldonado en ese estado del sur de México.

Protección Civil emitió una alerta de "tormentas intensas con puntuales torrenciales (de 150 a 250 milímetros) en la costa central de Guerrero". Otras tormentas muy fuertes con lluvias intensas (75 a 150 milímetros) están previstas en la costa este del estado de Michoacán, además de tormentas con fuertes precipitaciones en Colima (50 a 75 milímetros) y el centro, sur y las costas de Oaxaca.

Las tormentas sobre Oaxaca caerán sobre las zonas que fueron dañadas por el terremoto de magnitud 8,2 registrado hace una semana que causó 98 muertos y 2,3 millones de damnificados en ese estado y el vecino Chiapas, en la zona más empobrecida del sur del país.

En las costas el oleaje pronosticado es "de 3 a 4 metros de altura en las costas de Guerrero (sur) y de 2 a 3 metros de altura en la costa de Oaxaca y Michoacán".

El fin de semana pasado, el huracán Katia tocó tierra en las costas del estado de Veracruz en el Golfo de México (sur), dejó dos personas muertas y 40 municipios afectados con viviendas inundadas y sin techo, deslaves en zonas serranas y el cortes de carreteras.