El que los jóvenes menores de edad conduzcan un vehículo no es un “juego”, porque pueden ocasionar hechos de tránsito de alta gravedad, al punto de dejar fallecidos. Como el caso ocurrido en Santa Cruz, cuando un adolescente de 17 años conducía sin licencia tuvo un accidente que dejó tres muertes, uno de ellos un menor de cinco años.