El futbolista de origen polaco estrenó su marcador mundialista con un "hat trick" en la goleada a Arabia Saudí (8-0), el 1 de junio de 2002, en la Copa del Mundo de Corea-Japón.
"La selección paga un precio muy caro por sus errores y ahora tiene la obligación de Brasil es conquistar el tercer lugar", enfatizó el segundo máximo anotador en los Mundiales debido a que hoy el alemán Miroslav Klose alcanzó dieciséis, uno más.
Brasil encajó el peor revés imaginable en su larga y dorada historia mundialista y en su propio país, ante un adversario como Alemania superior que no tuvo piedad del anfitrión, al que ganó por primera vez en partido oficial para arreglar todas las venganzas por saldar.
La mandataria Dilma Rousseff fue la primera defensora de la organización de esta Copa del Mundo. Muy criticada por los millonarios gastos en obras mundialistas, y asediada por las protestas antes y durante el torneo, defendió en cada oportunidad que pudo el papel del anfitrión.
Aunque varios medios señalan que se han producido disturbios en distintos puntos del país, desde Twitter la organizacón de la Copa del Mundo afirma que no ha habido revueltas de ningún tipo.
El dominio de la Selección alemana fue notorio durante todo el partido, donde una desconocida Canarinha fue vapuleada por el equipo europeo. El juego brasileño se limitó a concentrarse en la defensa ante una ofensiva alemana contundente.
Con goles de Thomas Müller, Miroslav Klose, Toni Kroos, en dos ocasiones, y Khedira, el conjunto de Joachim Löw supera al dueño de casa. El delantero de la Lazio se transformó en el máximo artillero de la historia de la Copa del Mundo.
En un partido sin precedentes en la historia del fútbol mundial, Alemania está derrotando a Brasil por 4-0 en el primer tiempo del encuentro semifinal. El cuadro germano está jugando a sus anchas en el estadio de Belo Horizonte, ante la incredulidad de la hinchada brasileña. Los goles han sido...
En la grada, miles de hinchas posaron con las caretas repartidas en las puertas del estadio. Máscaras con el rostro del astro brasileño, con la intención de que su espíritu flotara en el trascendente duelo.