El futuro comienza hoy
Bolivia no es el país de las maravillas sin embargo tiene muchas maravillas por mostrar y cuando digo esto -aunque le suene raro- no me refiero a sus paisajes sino a los bolivianos que, cuando se les da la oportunidad, hacen maravillas de verdad.

Bolivia no es el país de las maravillas sin embargo tiene muchas maravillas por mostrar y cuando digo esto -aunque le suene raro- no me refiero a sus paisajes sino a los bolivianos que, cuando se les da la oportunidad, hacen maravillas de verdad.
Creo en la gente boliviana, no en una minoría que se aprovechó o se aprovecha del Estado, en vez de haber servido o servir desde el Estado. Creo en la gente honesta, en la gente de a pie que -como yo- sueña con una Bolivia diferente: productiva, exportadora y soberana pero -además- integrada, incluyente y solidaria.
Y, lo hago sabiendo que es posible luego de haber vivido algo de ello por casi cinco décadas: Cochabambino de nacimiento, soy un migrante agradecido a Santa Cruz, a la tierra que llegué a mis 6 años de edad, en la cual conocí a mi bella esposa paceña, quien además de su amor me regaló dos hermosos hijos cruceños.
Así como en mi hogar, Santa Cruz acrisola a Bolivia en su seno a gente de toda cultura y lugar -ricos y pobres, citadinos y campesinos, originarios y extranjeros- que hacen parte de una de las sociedades más inclusivas que conozco. Esta región bendita, esta pequeña Bolivia, muestra que -siendo diversos los propios cruceños y cuanto más los bolivianos migrantes- es posible vivir, trabajar y progresar en paz y ésta es mi fe: que lo bueno de esta tierra contagiará para bien al país.
El “Plan Departamental de Desarrollo – Santa Cruz 2025” recientemente presentado por el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, será el espejo en el que se mire Bolivia, de aquí en adelante.
Una región autónoma y democrática, con una vigorosa, transparente y eficiente institucionalidad, promotora de la participación ciudadana; equitativa, habitable y segura, con un desarrollo humano integral; integrada, productiva, industrial, de servicios, generadora de empleo formal y baluarte de la soberanía alimentaria; planificada, ordenada y sostenible, respetuosa de la naturaleza; incluyente, solidaria y protectora de los más vulnerables, es la visión hacia el 2025.
Con gente emprendedora y deseosa de triunfar; recursos naturales bien administrados; una moderna plataforma agroindustrial y como corazón de Sudamérica, Santa Cruz será un centro geopolítico, financiero, comercial y cultural, un portal a la globalización y un corredor integrador continental.
Ir de Santa Cruz a Bolivia, de Bolivia a Sudamérica y de Bolivia al Mundo, es la hoja de ruta de cara al 2025. El futuro comienza hoy, no solo para Santa Cruz ¡para Bolivia!
(*) Economista, Magíster en Comercio Internacional
Fuente: “El Deber”
Santa Cruz, 23 de julio de 2014