Alcaldía dice que registros en el Cementerio General están en orden y culpa a funerarias por fallecidos desaparecidos
La directora de la Entidad Descentralizada Municipal de Cementerios La Paz, Patricia Endara, dijo que desde que se detectó el extravío de los restos del primer fallecido por Covid-19 y hasta le hallazgo del tercer caso, las funerarias divagaron y no dieron respuestas concretas para solucionar el problema y tampoco dieron respuesta a los familiares.

La directora de la Entidad Descentralizada Municipal de Cementerios La Paz, Patricia Endara, afirmó que todos los documentos sobre el entierro de los fallecidos por Covid-19 durante la pandemia en 2020, están en orden, por lo que responsabilizó a las dos funerarias de ser responsables de la desaparición de los restos de tres difuntos.
“Suponemos que las funerarias fueron las que intercambiaron los cajones porque en nuestro sistema, en las facturas y en físico, el nombre y los datos del fallecido están en estos tres documentos”, aseguró Endara en entrevista en La Razón Radio, este jueves.
Asimismo, dijo que desde que se detectó el extravío de los restos del primer fallecido por Covid-19 y hasta le hallazgo del tercer caso, las funerarias divagaron y no dieron respuestas concretas para solucionar el problema y tampoco dieron respuesta a los familiares. Las familias contrataron el servicio de dos funerarias que actualmente ya no existen.
“Está divagando mucho la funeraria y bueno no nos da luces para que nosotros podamos ayudar a estas familias”, manifestó la autoridad. Los restos de tres fallecidos durante la pandemia de la Covid-19 aun no fueron encontrados, pese a que se abrió los ataúdes del cuartel 201. Estos casos se presentaron desde inicios de septiembre y continúa la búsqueda de los restos.
Irregularidad
Además, durante la búsqueda y revisión de documentos, se detectó que hubo una irregularidad en la inhumación de varios de los fallecidos durante la pandemia de la Covid-19. Se detectó que los fallecidos fueron llevados al Cementerio General hasta cuatro días después del fallecimiento.
“La única irregularidad que hemos podido encontrar es que haya fallecido el 29 de junio, que eso diga en su certificado de difusión, pero haya sido ingresado el 3 de julio recién al Cementerio General”, puntualizó.
Ese hecho es llamativo, ya que la guía de emergencia emitida por el Ministerio de Salud en la pandemia establece que “el cuerpo debería ser inmediatamente sellado, cremado o enterrado”.
La autoridad edil supone que el traslado de fallecidos cuatro días después se podría deber al colapso de la funeraria por la cantidad de decesos y en esas circunstancias pudo ocurrir el intercambio de ataúdes.
“Suponemos que pudo haber sido el colapso de la funeraria, la cantidad de fallecidos que tenían, que pudo haber sucedido. Asumimos que ahí podría haber sido el intercambio de cuerpos o el intercambio de cajones”, manifestó.
Además, descartó cualquier posibilidad que en el Cementerio General se haya almacenado los cuerpos, ya que las funerarias fueron las encargadas de desplazar el personal para el traslado de los restos hasta la introducción en los nichos.
“El registro que se tiene en el Cementerio General está en orden. En el cementerio no pudo existir un cajón que pueda estar extraviado, que pueda estar cambiado o que haya estado almacenado en algún lugar para después hacer la inhumación. Eran las funerarias quienes entraban con la carrocería y sus empleados en ese momento eran los que introducían el cajón a la sepultura”, explicó.
Ante esa situación, Endara dijo que las familias deben decidir si asumirán medidas legales o no. Durante la pandemia de la Covid-19, entre 2020 y 2024, fueron enterrados en el Cementerio General un total de 1.600 difuntos. Los fallecidos fueron sepultados en diferentes bloques, mausoleos y en fosa común. Existen dos fosas comunes, en una hay cerca de 300 y en el segundo entre 180 a 200 restos.
Posiciones encontradas
También relató que durante la búsqueda de los cuerpos, se presentaron posiciones encontradas de los familiares de los tres fallecidos que están extraviados y de los difuntos que están en sus ataúdes. Esa situación causa que los funcionarios ediles se encuentre entre la “cruz y la espada”.
“Son dos posiciones obviamente diferentes dos posiciones encontradas pero también una desesperación de otra familia que dice: ¿dónde está mi papá?, ¿dónde está mi hermano? Esta situación nos pone a nosotros en una entre la cruz y la espada”, expresó.
Agregó que en el Cementerio La Llamita no se presentó ninguna irregularidad de ese tipo, ya que en esos años estaba bajo la responsabilidad de la junta vecinal, por lo que no existen registros.