En reunión con los choferes, el presidente del Estado, Rodrigo Paz, aseguró que aunque se lo “cuelgue mañana”, el estado de la economía boliviana no cambiará “en nada”.

“A mí el día de mañana me pueden colgar, pero no va a cambiar en nada la economía”, aseveró Paz, a tiempo de recordar que este martes cumple 31 días de Presidente y la crisis no se acabará “de la noche a la mañana”.

En ese sentido, Paz se refirió específicamente a la escasez de combustible y aprovechó la oportunidad para reclamar a los choferes por su impaciencia.

Señaló que en el anterior gobierno los choferes tuvieron que hacer filas “casí por dos años” y no realizaron bloqueos o protestas; en cambio, reprochó que la última semana, cuando hubo “problemitas” con el diésel ya había “llantas quemadas” y amagues de bloqueos.

“Han sufrido casi dos años de largas filas. Del miércoles ha habido un problema con el diésel y ya estaban haciendo bloqueo (…) Ya había gente quemando llantas, no he visto una llanta quemada en dos años” del anterior Gobierno, aseveró.

Paz, en esa línea, reconoció que en la última semana hubo problemas con el abastecimiento del diésel.

“Ahora si ha habido un problema, dependemos nos traigan el combustible de afuera. La gasolina está yendo normal, pero en el diésel ha habido sus problemitas, hay que reconocer”, señaló.

Empero, aseguró que se trabaja para “garantizar y normalizar la distribución de combustibles para que no falten en el mercado”.

En ese sentido, Paz también enfatizó en la importancia de, primero, estabilizar la economía, a través de créditos, para luego no depender de la ayuda externa.

“Eso hay que resolver, por eso estamos haciendo una suerte de colchoncito para que Bolivia pueda ser autosustentable, sostenible en su economía, no depender de créditos, no depender de recursos externos, pero al principio, como comprarse el camioncito, tienes que sacarte tu platita para para poder comprar, para poder financiar”, sostuvo el Jefe de Estado.