Opinión
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Max Raúl Murillo Mendoza
27/01/2024 - 10:47

Se viene otra vez Donald Trump

Este señor imperial, peor que el emperador romano Calígula, sabe muy bien que los hilos del poder imperial estadounidense, le puede servir para dejar su rastro cavernario por todo el mundo: bombardeos, invasiones, expulsiones de millones de migrantes, muros anti migrantes, etc.

 Acaba de ganar el caucus republicano de Iowa, el señor Trump. Conocido mundialmente por sus posiciones no sólo conservadoras, sino ultraderechistas que reivindican el siglo XIX como el lugar ideal del mundo moderno. Trump no sólo desconoce todo lo avanzado en derechos humanos y laborales, sino abiertamente ni siquiera respeta sus propias instituciones, leyes y normas de los Estados Unidos. Con un montón de juicios en su contra, se presenta a la nominación presidencial demostrando que la democracia norteamericana simplemente es un juego de ricos y poderosos. No importa que hagan o pecados tengan, son los dueños y señores de la democracia.

Este señor imperial, peor que el emperador romano Calígula, sabe muy bien que los hilos del poder imperial estadounidense, le puede servir para dejar su rastro cavernario por todo el mundo: bombardeos, invasiones, expulsiones de millones de migrantes, muros anti migrantes, etc. En todo caso, la pregunta principal es por qué regresa con más fuerza y poder, es decir por qué las instituciones gringas no pueden hacer nada para detenerlo a semejante troglodita moderno.

Las respuestas son casi elementales, pues la democracia occidental está en terapia intensiva porque se ha vaciado de sus contenidos de servicio al pueblo, ha sido reemplazado por la plutocracia y oligarquía mercantil militarista, totalmente al margen de lo que realmente piensa el pueblo estadounidense. Y no es que  Trump sea la salvación a ese desastre, sino es la respuesta de la bronca del país profundo hacia sus políticos corruptos: sean estos demócratas o republicanos es lo mismo. Prefieren a un loco y desquiciado que no es político.

Además, de yapa, veamos lo que está sucediendo con los políticos norteamericanos en esta coyuntura. Serviles y criminales apoyando las locuras de otro demente elegido democráticamente como el judío sionista Netanyahu. Quién se ríe todos los días de las NNUU, asesinando niños y mujeres en Palestina porque tiene el apoyo imperial de los Estados Unidos. Ahí se resume la democracia occidental. Todo lo demás son discursos a las calendas griegas, de la hipócrita diplomacia occidental.

Es lógico que lo poco de decencia que les quedaba a los demócratas, se esfume en esta coyuntura y los votantes de otros años, como migrantes árabes, se desanimen profundamente frente al engaño sionista. Por tanto, sabe perfectamente Trump que la coyuntura le favorece y pues ya se siente otra vez imperial e impune.

Los otros políticos serviles, europeos, ya empiezan también a preocuparse. Trump tiene, en sus varias facetas, actitudes nacionalistas que justifican sus desacuerdos de que los dineros suyos se gasten en intereses de otras regiones del mundo. Probablemente se retire de la OTAN y de otras alianzas militares, ya que los demás sólo esperan la caridad de los estadounidenses. Tienen que estar preocupados los europeos, solos no podrían ni un día ante el poder de los rusos u otras potencias mundiales en ascenso. Como vemos, sólo el anuncio del regreso de Trump a la silla imperial, retumba al mundo entero por sus posibles consecuencias. Muchas de ellas nefastas y criminales. Como en los temas de migración, pues Trump considera a quiénes van como migrantes, sobre todo de las convulsionadas regiones del tercer mundo, bárbaros e ignorantes. Es decir, peligrosos e inservibles.

Sí, Trump regresa con fuerza y los tontos que siguen creyendo en la democracia occidental simplemente se desayunarán con ese espécimen. Las leyes sólo están con las clases altas, también en los Estados Unidos, por lo que Trump sabe que no le sucederá nada. Tiene la alfombra roja tendida a sus pies y va rumbo a la prostituida casa Blanca.

En América Latina no tenemos por qué preocuparnos, el regreso del emperador Calígula no es noticia que nos alarme. Hemos tenido peores épocas en la guerra fría, donde sólo pensar distinto era sinónimo de terror y muerte. Pero es cierto que debemos abrir, los sectores conscientes y alternativos, espacios de debates y revisiones teóricas sobre lo que acontece en nuestra región. Demasiados errores y metidas de pata, que dan lugar a espectros como Milei y otros imitadores burdos pero peligrosos.

Los sectores obreros, proletarios, campesinos e indígenas sabemos por experiencia que no podemos esperar migajas o limosnas de otros sectores de clase. Dependemos de nuestras propias fuerzas históricas para salir adelante. El regreso del emperador Trump Calígula, debe alertarnos y ponernos en guardia en nuestras organizaciones regionales. Ciertamente que afectará en varios campos de la economía, o en temas de migraciones.

La emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores. Consigna nada fácil de cumplir. Eso nos dice la dura experiencia. Y pues, otra vez pasamos duras experiencias internacionales como nacionales, en las que necesitamos y requerimos de mayor consciencia social y política. Ya hemos tenido otros Trump en el pasado, emperadores peores que no lograron destruirnos aun su odio y desprecio hacia nuestras historias. Pero tenemos que estar atentos en nuestras trincheras de lucha.

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