Opinión
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Max Raúl Murillo Mendoza
06/03/2024 - 09:14

Héroe norteamericano pro Palestina

El asesinato de miles de niños cotidianamente en Palestina, increíblemente ya no provoca estupor en la sociedad. Se ha convertido parte de la normalidad. La impotencia de las sociedades por todo el mundo, tiene un sello totalitario y de control de las mentes precisamente para no reaccionar en contra de tanta crueldad humana.

Hace unos días se inmoló un joven militar norteamericano, frente a la embajada de Israel en Washington. Por supuesto que las cadenas empresariales de noticias no dieron cobertura, pues el control de la información es cada vez más vergonzoso y fascistoide. Y los que se animaron a decir algo, totalmente manipulado, dijeron que se trataba de una persona desequilibrada. Confirmando que desde siempre los medios de incomunicación, son parte integral del poder político e ideológico de los imperios de turno.

Personalmente me habría gustado que ese héroe estrellara su avión, era de las fuerzas aéreas, en el Pentágono o en la Casa Blanca. Nos habría librado de unos cuantos burócratas asesinos, en todo caso ya está en el cielo como héroe por la causa Palestina. Prefirió ser romántico en su apoyo a Palestina. Su inmolación y muerte ya forma parte del panteón de héroes por hacer de este mundo, un lugar mejor y digno para los humanos.

Este hecho no fue noticia importante, sobre todo por el mensaje del joven héroe totalmente claro respecto de su gobierno y de la actitud criminal de los desequilibrados mentales que manejan Israel. Desequilibrados mentales con total apoyo e impunidad, de parte del imperio norteamericano: en armas, dinero, cobertura informativa manipulada, ideológica y política. Las cadenas informativas simplemente borraron del mapa noticioso este hecho, a todas luces totalmente importante, porque se trata de una protesta real desde los mismos tejidos sociales del imperio. Muestra de lo que está sucediendo en los mismos Estados Unidos.

La “democracia” que dicen proteger y mantener en occidente, se hace añicos en pleno siglo XXI, contradiciendo sus mismos preceptos de desarrollo y progreso lineales, como imaginarios de unas sociedades que siempre están avanzando y progresando. Los políticos de aquellas sociedades “democráticas”, son cavernarios en sentido mental y costumbrista porque conducen desde hace bastante tiempo a unos retrocesos inverosímiles a sus sociedades. Las conquistas obtenidas en derechos y legítimas formas de avances de sus propios colectivos, se están esfumando bajo los mandos fascistas y dictatoriales, de esos políticos “civilizados”.

A todas luces ya no son democracias en estricto sensu, sino formas degradadas de gobiernos dictatoriales que han retrocedido casi en todo, entregando los poderes a cavernarios y conservadores ultraderechistas, que sólo tienen como imaginarios a lecturas bíblicas de los siglos XVIII y XIX. Los miedos a los avances y conquistas de sus sociedades, les retuercen sus mentes para retroceder a las cavernas trogloditas respecto de las conquistas sociales.

Los asesinatos en masa y los genocidios como en Palestina, empiezan a convertirse peligrosamente en costumbre por todo el mundo. Con el tiempo, y la manipulación informativa, ya no conmueven y ni siquiera provocan escándalo cotidiano, sino adormecen y sólo curten los sentimientos más profundos del ser humano. Ahora ese es el papel de los medios de información y sus poderosas empresas de control ideológico.

El asesinato de miles de niños cotidianamente en Palestina, increíblemente ya no provoca estupor en la sociedad. Se ha convertido parte de la normalidad. La impotencia de las sociedades por todo el mundo, tiene un sello totalitario y de control de las mentes precisamente para no reaccionar en contra de tanta crueldad humana.

Los calificativos que le dieron las cadenas informativas, al joven militar inmolado, fue de loco o con problemas mentales. Es igual que los gobiernos occidentales hacia los combatientes de Palestina, o de otras regiones del mundo, que les dicen terroristas. Epíteto suficiente para descalificar legalmente a quiénes levantan las armas, como último recurso ante la impunidad y el odio colonial moderno. Las paradojas de esta historia son brutales. Los asesinos del Estado judío de Israel son desequilibrados mentales, criminales de bajos instintos cavernarios. Pero están avalados por el imperio y su propia sociedad que les eligió “democráticamente”. Es decir, asesinos elegidos democráticamente.

En estos tiempos oscuros y triviales, donde la superficialidad y la frivolidad son insumos que han vencido a la reflexión y la profundidad de la toma de consciencia, sólo nos queda regresar a los clásicos del marxismo y el libre pensamiento crítico, para volver a renovar las ideas políticas, las ideas con contenidos de compromiso, de liberación, de creación de utopías para no dejarnos llevar por las corrientes actuales del pesimismo y la angustia cotidiana. Pues al parecer todo ya está perdido, así funcionan las nuevas generaciones que sólo tienen la inercia del devenir.

Pero hagamos un alto para recordar al valiente soldado norteamericano, que prefirió románticamente quemarse y morir frente a la embajada de los criminales sionistas. Otra muestra más donde la muerte puede ser una forma de triunfo, frente a la soberbia imperial, frente al poder y pragmatismo inhumano de los imperios. Frente a la quietud terrible de las sociedades, que ya ni siquiera salen a las calles a decir basta a los criminales de los Estados terroristas.

Paz en la tumba de Aaron Bushnell, un ejemplo de honor de 25 años frente a la brutalidad del judaísmo sionista colonialista y criminal.

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