Conducción democrática política del pueblo
Una peligrosa costumbre se ha instalado en el país, todo lo que es debate político debe ser malintencionado, agresivo, prosaico, violento, con amenazas y denuncias a cual más grotesca.

Las contradicciones entre los candidatos a la presidencia en el bloque opositor a causa de la realización de las encuestas que fueron acordadas entre ellos han caldeado el ambiente preelectoral.
Muchos titulares mediáticos, los whatsaperos escandalosos y el oficialismo agazapado, abundan en adjetivaciones de lo que acontece al suponer que la oposición está anticipadamente dividida y que cualquier discrepancia interna es un acto de traición.
Una peligrosa costumbre se ha instalado en el país, todo lo que es debate político debe ser malintencionado, agresivo, prosaico, violento, con amenazas y denuncias a cual más grotesca.
Son los efectos de lo que el MAS en cerca de estos 20 años ha construido en el ejercicio del poder político, la díada amigo-enemigo le funcionó, montó un circo en el parlamento, adjetivo a quien se le puso al frente con expresiones ultrajantes, denostó a las instituciones de la democracia, monto toda una artillería peyorativa en contra de la república y sus símbolos con el fin de reemplazarlos por otros y borrar de la memoria histórica de los bolivianos su existencia.
El copamiento hegemónico fue arrollador, la profusa propaganda estatal con sus consignas llegó a penetrar en la mente de los bolivianos sin que al frente se le interponga ninguna otra idea contrahegemónica, los decaídos opositores, ante semejante arremetida, se arrinconaron sin tener la valentía de defender lo que hicieron, no valía la pena hacer olas para evitar las represalias violentas del poder omnímodo que se instaló, el derrumbre del estado nacional los dejó exánimes.
La nueva generación de jóvenes nacidos con el inicio del nuevo milenio solo escuchó los nombres e ideas del MAS, el resto fue borrado pese a algún que otro intento que terminó en el fracaso.
La precaria oposición parlamentaria que acompaño al MAS en este periodo, además de ser antipolítica, posiblemente porque era la única forma de sobrevivir, jamás quiso ni pudo construir una propuesta alternativa en su debilidad ideológica. Las bancadas se configuraron con individualidades alejadas de la problemática política nacional, alimentaron y consolidaron el discurso de rechazar el pasado sin promover a nuevas figuras porque los que pudieron serlo una vez concluido su mandato de difuminaron en la intrascendencia. El parlamento en 20 años no ha parido en la oposición ni un solo prospecto lideral.
Caramba, la política, el político y los partidos políticos habían sido necesarios, su proscripción solo beneficio al MAS porque con ello no tuvo contendiente al frente que pueda disputarle la titularidad del poder político, los pipiolos no estaban a la altura, encima hacían coro funcional a la retórica negacionista.
Que muchos críticos del pasado pidan ahora el surgimiento de liderazgos es apenas un deseo hipócrita porque ellos mismos se encargaron de impedir su emergencia.
Pese a ello y a ellos, la necesidad sincera de encontrar una conducción política para el periodo que responda al sueño de los bolivianos con una causa es impostergable, las condiciones favorables como desfavorables están presentes, más allá de la voluntad de los actores políticos.
Los personajes que ahora disputan una candidatura deberían percibir que la ciudadanía, lo que les están pidiendo a gritos es que se constituyan en conducción política para el periodo con una renovación de ideas y de sueños.
Los candidatos han insistido tanto en su aspiración que ahora tienen la obligación moral de construir un mando político del pueblo para la toma democrática del poder y evitar derrotas futuras máxime si ahora las condiciones están dadas para la victoria de largo aliento.
Por ello, las alarmas desproporcionadas sobre las discrepancias en el seno del bloque opositor en lugar de recurrir al sufrimiento lastimero, estéril y con pronósticos tremendistas, deberían ser erradicadas y hacer que sean el combustible que motorice y se sintetice en renovadas e imaginativas respuestas a las necesidades políticas de la ciudadanía.
Eludir lo adjetivo e ir al fondo del asunto es una obligación. La confrontación de propuestas no será a besitos ni con envíos amorosos de ramos de rosas, debe ser enérgico, frontal, imaginativo no exento de fraternidad. Por ahora los ramos de flores solo deben ser enviados a los velorios.
Si se hacen las cosas bien ya vendrá la flor de lis para el ´pueblo.