Cochabamba, 12 de octubre (Opinión).- Un individuo de 24 años de edad, Carlos Q,. mató a su padre Antonio Q. con 30 puñaladas, el pasado fin de semana en el municipio de Sacaba. Las investigaciones policiales parten de la hipótesis de que un conflicto por división de bienes terminó en la tragedia.

El caso de parricidio sucedió la madrugada del sábado, cuando Antonio, de 58 años de edad, estaba durmiendo. Antonio tenía una habitación en la casa de otro de sus tres hijos (el del medio), Evert Q., quien era comerciante y los días de feria solía despertarse muy temprano.

Evert Q. relató que cuando despertó, cerca de las cuatro de la madrugada, escuchó que sus perros ladraban más de lo normal. Sin embargo, no prestó mucha atención porque tenía que salir a vender.

Antes de marcharse, Evert tomó a su hijo de seis años de edad e ingresó a la habitación de su difunto padre para acostarlo a su lado y se fue.

Mientras Antonio dormía con su nieto, ingresó a la habitación su hijo menor, Carlos Q. y lo atacó con un cuchillo. La autopsia preliminar da cuenta de que Antonio intentó defenderse de su hijo menor, pues presentaba cortes en las manos.

En medio del forcejeo, el nieto de Antonio despertó y vio como Carlos Q. le clavó 30 puñaladas a su abuelo en cuatro regiones, cuello, cara, cabeza y espalda, hasta matarlo.

Carlos Q. fue más allá. Echó alcohol al cuerpo de su padre y delante del menor de edad le prendió fuego. Luego huyó.

Los primeros en advertir la situación fueron unos albañiles que realizaban unos trabajos en la casa de Evert. Supuestamente encontraron al niño de seis años ensangrentado y llorando junto al cadáver de Antonio.