La verdad nos hace libres
Imagen de Alberto Salcedo
Alberto Salcedo
09/12/2014 - 16:20

¿Por qué la vida es mucho más dura para algunas personas que para otras?

¿Por qué una mujer sufre con diabetes toda su vida mientras otra es saludable? ¿Por qué una mujer pierde su casa en un incendio mientras que la casa de otra permanece?

¿Por qué una mujer sufre con diabetes toda su vida mientras otra es saludable?

¿Por qué una mujer pierde su casa en un incendio mientras que la casa de otra permanece?

¿Por qué una mujer espera ansiosamente ver la señal positiva en la prueba de embarazo mientras que otra maneja una furgoneta llena de niños?

Hice un descubrimiento en la Biblia recientemente que me ayudó a responder esta pregunta a mí misma. David dice a Salomón, “Hijo mío, yo tenía el propósito de construir un templo para el Señor mi Dios. 8 Pero el Señor me ha dicho: “He visto que tú has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras; por eso no eres tú quien va a construirme un templo. 9 Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico; y además yo haré que sus enemigos por todas partes lo dejen en paz. Por eso se llamará Salomón. En su tiempo concederé paz y tranquilidad a Israel.” 1 Crónicas 22:7-9.

David siempre tuvo que pelear por todo – por sus ovejas, su vida, su reino – pero a través de David, Dios derramó las grandes canciones de consuelo para todos los hombres.

Salomón era rico y vivía en completa paz, y a través de él, Dios derramó Su gran sabiduría para todos los hombres.

Dos vidas muy diferentes. Dos sabores de enriquecedora contribución al mundo.

Dios concede a algunos conflictos y dificultad.

Dios concede a algunos, paz y tranquilidad.

Por supuesto, a menudo la vida es dura por nuestras elecciones pecaminosas, y debemos asumirlo.

Pero las circunstancias no siempre son por nuestra elección. Algunas veces se trata de una concesión. Conceder significa imponer, encomendar.

Salomón no pidió ser rico o construir un magnífico templo, o no tener enemigos. Su riqueza y la tarea de construcción, además de la paz, fueron encomendadas a él con un gran propósito.

David no pidió el león, el oso, Goliat, el loco Saúl o los enemigos a cada lado, pero parece que estas circunstancias fueron encomendadas a él con un gran propósito.

Necesitamos cambiar nuestra pregunta. En lugar de preguntar, ¿por qué estoy en esta situación en lugar de la situación de esta otra persona?, necesitamos preguntar, ¿con qué propósito Dios me ha encomendado esta vida en particular?

El Periódico Digital OXIGENO.BO, es desarrollado y administrado por Gen Film & Crossmedia Ltda. Teléfono: 591-2-2445455. Correo: info@gen.com.bo