El dedo en la llaga
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Esteban Farfán
06/07/2015 - 11:44

José Quecaña ¿nuestro próximo Wilman Cardozo?

Quecaña quiere ser el próximo Wilman Cardozo al asumir las mismas poses de bravucón, camorrista, alborotador, pero su personalidad y naturaleza no lo acompaña. Quecaña quiere arrebatarle la bandera a Cardozo, por eso todos sus dardos son dirigidos a la yugular del polémico asambleísta.

José Quecaña (MAS) es el nuevo subgobernador de Yacuiba (2015-2020). En las encuestas previas a la elección perdía, pero sorpresivamente ganó con mucha estrechez el 29 de marzo. Los análisis técnicos revelan que tuvo una buena mano de parte de los bolivianos que residen en Salvador Mazza (Argentina), y que fueron trasladados a Pocitos y Barrio Nuevo para que votaran en su favor. Al momento de la realización de las encuestas, dichos compatriotas no fueron tomados en cuenta por no residir en dichos barrios populosos.

El asambleísta Wilman Cardozo (UD-A) continuamente le dice que es subgobernador gracias a los argentinos, y que debería ir a Salvador Mazza a agradecerles. Eres ejecutivo por suerte, gracias a os gauchos, le recuerda.

En la campaña pasó desapercibido, manteniendo un perfil muy bajo y discreto. Eran muy pocas sus apariciones públicas, no tenia propuestas concretas, menos iniciativas políticas, siempre ha dependido de Carlos Brú y del Presidente Morales. En sus spot/cuñas apeló a remover las emociones de su target de inmigrante, presentándose como el pobrecito, el humilde, el menesteroso, poniendo al frente a su madre que derramaba lágrimas pidiendo el voto.

En la segunda vuelta, una vez con el cargo electo, cambió radicalmente de actitud, se ha convertido sorpresivamente en agresivo, ácido, pendenciero, provocador y punta de lanza de la campaña de Canedo. Craso error político que le está costando caro. Todos los datos indicaban que Oliva ganaba con amplia ventaja. Sus similares del Chaco fueron más hábiles. Se dieron vacaciones y desaparecieron del escenario público.

Quecaña fue asambleísta departamental en la anterior gestión legislativa (2010-2015), su paso fue intrascendente y muy modesta políticamente hablando. No tuvo iniciativas políticas, mucho menos legislativas, a pesar de formar parte del oficialismo (MAS) y de ser parte del grupo de confianza de Lino Condori. El otro asambleísta (José Amás, PAN), tampoco hizo su trabajo, teniendo un desempeño peor que Quecaña.

Quecaña saltó de ser dirigente del mercado Campesino al comité cívico junto a Guimer Beyzaga, ante el abandono de éste último, queda como presidente. Quecaña siempre ha militado a favor del Gobierno, incluso cuando se luchaban por reivindicaciones cívicas. Cuando se combatía por la confiscación abusiva del Gobierno del IDH en 2008, Quecaña junto a un grupo de militantes masistas apedrearon la casa cívica que encabezaba las luchas.

Siempre se ha puesto a lado del Gobierno en momentos en que Yacuiba y el Chaco exigían sus reivindicaciones. Siempre se borró en momento difíciles. Cuando se luchaba por Margarita, desapareció del escenario y guardó silencio. Después de la capitulación de nuestros políticos y cívicos, apareció para justificar al Gobierno.

Quecaña siempre ha pretendido la Subgobernación de Yacuiba de la manera más fácil y cómoda, las únicas leyes que tramitó fueron normas que le abrían boquetes a la caja pública para repartir dinero bajo consignas populistas, disfrazadas de medidas sociales. Hay que recordar que fue le principal impulsor del Prosol urbano que pretendía entregar dinero en efectivo a los comerciantes. Quecaña impulsó desde las sombras el revocatorio de su compañero de partido Marcial Rengifo.

Quecaña es el típico político primitivo y chabacano, del mismo corte de Wilman Cardozo, en el que el formato preferido de hacer política es la demagogia, la audacia, la astucia, la chicanería, y la mediatización de sus figuras. Además el ser iletrados, simples, populistas, los dos son muy hace parecidos. Son adictos a los medios de comunicación, y fácilmente transan sus posiciones políticas de acuerdo a los tiempo y sobre todo, a las conveniencias políticas personales.

Cuando la ejecutiva Esther Velásquez (MAS) fue removida de manera abusiva  e ilegal por Lino Condori, de manera oficiosa, Quecaña salió sin ningún rubor a justificar la decisión. Eran tiempos en que Quecaña era centralista y le convenía el centralismo departamental porque su partido estaba en el Gobierno.

Cuando se conoció la estruendosa derrota de su candidato Pablo Canedo (MAS, inmediatamente sin perder tiempo cambió racialmente de libreto. Se convirtió en autonomista radical, a tal grado que apadrinó desde las primeras horas después del resultado,  el décimo Departamento, desempolvando la bandera preferida de Cardozo. Lamentablemente, este tipo de calidad de políticos tenemos en el Chaco, y son los que deciden nuestro futuro como sociedad.

Al estar el MAS en estampida, Quecaña pretende encabezar la oposición a Oliva desde el Chaco y para ello ha decidido radicalizarse asumiendo posiciones duras. Por esa actitud, en un momento se quedó sólo, aislado. Quecaña no tiene la talla, ni la experiencia como para sostener semejante desafío. Es un bocado muy fácil para Oliva.

Quecaña quiere ser el próximo Wilman Cardozo al asumir las mismas poses de bravucón, camorrista, alborotador, pero su personalidad y naturaleza no lo acompaña. Quecaña quiere arrebatarle la bandera a Cardozo, por eso todos sus dardos son dirigidos a la yugular del polémico asambleísta.

Quecaña sabe que Cardozo está ingresando en una fase critica de contradicción, porque necesariamente debe desdecirse al ser aliado de Oliva. Lo provoca para que muerda el anzuelo y Cardozo fácilmente cayó en la trampa de Quecaña al justificar algunas sensibles acciones del centralismo departamental, haciendo añicos el discurso autonomista, rebelde, e insurrecto. Cardozo está perdiendo sintonía con su base, porque el poder lo obliga a justificar sus acciones de acaparamiento de poder. Quecaña pretende aprovechar esta situación de crisis política por la que atraviesa el exdiputado. A esta situación se añade el estancamiento y la inexistencia de rumbo de la gestión de Ramiro vallejos, el delfín de Wilman Cardozo. Hasta la fecha, después de un mes, la gestión de Vallejos no despega, no puede encender los motores, no da ninguna señal. Esta estancada. Tienen el poder y no saben que hacer. El patrón del mal, como zorro experimentado, espera con paciencia para actuar.

Quecaña no tiene autoridad moral y política para pedir autonomía porque siendo asambleísta y hombre fuerte de la anterior gobernación y teniendo en sus manos el todo el poder político de Tarija, el de la Asamblea Departamental, el de la asamblea regional, 10 de los 11 ejecutivos, 10 de los 11 alcaldes, todos los movimientos sociales en su favor no hizo absolutamente nada por la autonomía regional. No puede ahora cínicamente hablar de autonomía, porque cuando tenia todas las condiciones no hizo absolutamente nada. (Yacuiba 05/07/15).

 

*ESTEBAN FARFÁN ROMERO, es periodista, analista político y docente.

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