Redacción Oxígeno
05/04/2015 - 16:18

David Santalla nunca se da por vencido: "Para dolor de muchos, Santalla habrá por mucho tiempo"

La Revista Oxígeno, en su edición número 16, publicó un perfil del comediante más importante de Bolivia, David Santalla, quien fue internado la anterior semana en el hospital Arco Iris. Los médicos han visto una mejoría en el estado de salud del maestro del teatro popular. Es, como en esta entrevista, dice el humorista: "La historia continuará". Por ello invitamos a los lectores del periódico Oxigeno.bo a conocer más a este personaje boliviano.

En la foto, algunos de los personajes creados por Santalla

La Paz, 5 de abril (Revista Oxígeno).- La Revista Oxígeno, en su edición número 16, publicó un perfil del comediante más importante de Bolivia, David Santalla, quien fue internado la anterior semana en el hospital Arco Iris. Los médicos han visto una mejoría en el estado de salud del maestro del teatro popular. Es, como en esta entrevista, dice el humorista: "La historia continuará". Por ello invitamos a los lectores del periódico Oxigeno.bo a conocer más a este personaje boliviano.

A continuación difundimos el perfil que la revista Oxígeno publicó del maestro de la comedia boliviana.

Le puso nombre, color de cabello y de ojos. A sus amigos les contaba historias sobre ella, de cómo se habían conocido y cómo fue que logró conquistarla. Pero, la verdad nunca existió. Era tan sólo el invento de una mujer que le servía como escudo frente al qué dirán de los compañeros. En realidad, él se sentía solo.

Walter David Santalla Barrientos _actor, comediante, director y libretista_ es una leyenda del humor nacional a quien el teatro ha alejado del amor. “Lo que necesitaba era una mujer que esté a mi lado, que entienda mi trabajo y no me exija estar ocho horas en una oficina”, cuenta el  actor que pasea su carisma, simpatía, creatividad y originalidad sobre las tablas desde hace más de medio siglo.

Frente al espejo de un camarín, tal vez el lugar donde más tiempo ha pasado, rememora detalles de su vida. Con el sentido de humor que lo caracteriza, no puede evitar, hacer chistes. Pero no mal interpreten, esto no significa que él actúe todo el tiempo.

Creció en un barrio de Miraflores de La Paz, entre chacras, ríos y cerros. Su infancia llena de travesuras y aventuras dieron rienda suelta a su imaginación, así desde muy pequeño jugaba a inventar personajes.

Así se fue descubriendo al artista. “Actuaba porque quería impresionar a las chicas, pero también fue por la influencia de mi padre. Él era un hombre de teatro, sobresalía en la parte artística”, señala.

Tenía diez años cuando se quedó abandonado. A su padre, el coronel Alfredo Santalla Estrella, héroe de la Guerra del Chaco y pionero de la aviación en el país, lo sentenciaron al exilio. “Todo el que pensaba diferente al Gobierno era desterrado y así me separaron de él”, narra.

Entonces, el pequeño David decidió emprender una travesía. “Me fui tras de él y se inició una nueva aventura. Comencé a despertar, a cambiar de voz, a descubrir mi talento”.

“Quería ser periodista”

Chile fue su casa durante una década. Estudió en el Internado Nacional Barros Arana y allí cultivó su cuerpo practicando gimnasia y natación. En ese colegio formó parte del elenco de la obra Médico a Palos (Moliere). Y despertó su amor por los reflectores. “A mí me gustaba el auditorio, chocarme con el público, el reto de hacer sonreír a la gente. Ahí me sentía realizado”. Además, confiesa que entretenía a la gente para captar amigos, pues desde niño siempre se sintió solo.

Pronto se unió a las radios chilenas Magallanes y Reina, consecutivamente, con el objetivo de convertirse en periodista radial. “Conocí en la primera a Petronio Romo, de una voz excelente, premiado por la naturaleza. Y en la segunda a Jimmy Braum. Ellos me dijeron que no tenía voz para la emisora (entre risas comenta que quería hacerse operar la garganta), pero que mi arma era la simpatía”.

“Quería ser periodista, pero de los que hacen hablar hasta a las piedras”, recuerda.

Ya era tiempo de volver a su tierra. Una vez en Bolivia ingresó como instructor de gimnasia en aparatos al Instituto Superior de Educación Física. Más tarde, formó parte de la planta de instructores del Colegio Militar en La Paz. Pero, necesitaba estudiar una carrera. Entonces decidió ingresar a la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) para formarse en Construcciones Civiles, lo que ahora se conoce como Ingeniería Civil, profesión que no ejerce.

“Siempre digo: todos somos un poco músicos, poetas, locos y comunicadores. Y mi vida era la comunicación”. Insistió con la radio y tuvo éxito. Amenizó a miles de radioescuchas cerca de doce años, primero en Radio Amauta; luego en Altiplano; Nueva América; Illimani; y Méndez. Es uno de los miembros fundadores de la Confederación de Trabajadores en Radio y Televisión en Bolivia.

Alí, Baba y el teatro

Uno de los programas con más éxito fue el de corte humorístico: “Alí y Babá” a finales de la década de los 60. Todos los sábados por la noche, Santalla y su colega el reconocido Hugo Eduardo Pol divertían a su audiencia.

Como tuvieron buena acogida en el público decidieron llevar ese humor al escenario. Las tablas del Teatro Municipal Alberto Saavedra temblaban bajo los pies del actor, cuando experimentó por primera vez el sentimiento de la humillación. “Yo estaba ch’inkadito (nuevo) y la gente me silbó. Ahí mi compañero quería retirarse”. Pero David se tenía fe y volvió al tablado. 

“Alí y Babá” llenó por completo las butacas del Teatro. Santalla, extasiado por los aplausos, se dio cuenta que esa era su pasión: hacer reír; hacer comedia. Sin embargo, los lazos que lo unían a Pol se habían roto y decidió, por la década de los 70, correr la maratón de su profesión solo.

Necesitaba formar actores y asumió el desafío de crear “Santallazos”, una de las compañías de teatro de comedia más conocida y reconocida del país. Armó la primera selección, pero problemas internos obstaculizaron que este grupo oficial consolide los cimientos del proyecto.

“Lastimosamente hay actores que no sirven para actores. Uno tiene que estar preparado para el trabajo colectivo y no buscar aprovecharse del nombre de una compañía para empezar por su cuenta. Tenían talento, pero no tuvieron la inteligencia de usarlo favor de ellos”, comenta mientras un ceño fruncido se dibuja en su frente.

El arma del humor

Vuelve a los 70 y recuerda con nostalgia la beca a España que no pudo aprovechar. En una de sus presentaciones, responsables de la Línea Iberia vieron que Santalla tenía potencial para la actuación y decidieron otorgarle una plaza para que perfeccione su talento en ese país.

Pero existía un detalle. En la convocatoria la beca iba dirigida a entidades o personas que ocupasen algún cargo. Don David no quería perder la oportunidad y se arriesgó a pedirle al gerente de ese entonces del canal estatal, Eduardo Lafaye, que le otorgase un certificado que le sirviera en su acometido. La petición fue negada y el sueño de salir al exterior quedó truncado.

“Y me quedé aquí a soportar los cambios de Gobierno, las promesas incumplidas, las cuales usé en el teatro, para criticar a los malos políticos, porque  los hay buenos. Incluso decía algo utópico: vamos a hacer una ley que meta a la cárcel al político que no cumpla lo que promete”.

De esta manera el comediante se balanceaba en “un paréntesis” donde nada cambiaba en el país, que suponía serviría a los bolivianos para conocerse y aceptarse, pero ha sido todo lo contrario. “Nos ha separado más”. “Nuestro escudo no puede ser una mentira: ¿La unión es a la fuerza o la unión hace la fuerza?”.

Estrella de cine

En 1977, David Santalla fue uno de los protagonistas de la película “Chuquiago”, dirigida por Antonio Eguino. Una vez más demostró que era un actor multifacético. El público acostumbrado a reír en su compañía se topó con un personaje complejo: “Carloncho”, hoy clásico prototipo del empleado público. Cinco años más tarde fue la estrella del filme “Mi socio”, de Paolo Agazzi, donde interpreto a Vito, un chofer mujeriego que viaja por el país con su ayudante: “El Brillo”.

“Con Antonio Eguino aprendí mucho sobre la disciplina actoral y con Luis Espinal, sobre la continuidad. Porque el cine es otro tipo de arte y a diferencia del teatro hay cortes que hay que saberlos manejar para mantener el ritmo. En cambio en el teatro te equivocas y tienes que seguir”, indica el actor, mientras afanoso desvía llamadas del celular.

Pese a su paso exitoso por la pantalla grande, no siguió haciendo películas. “Hay cineastas que tratan al actor como un papel higiénico desechable. Lo usan a uno para ganar plata. Además, califican a muchos como actores y actrices naturales, que es una mentira piadosa. El arte está en interpretar a una vendedora sin serlo. El piropo del actor es que la gente no lo reconozca y que interprete a otra persona muy ajena a él”.

Comedia en tiempo de cambio

Santalla confiesa que no ha sido fácil mantener una continuidad en las tablas, debido a las susceptibilidades por parte del Gobierno.  “Pero con que se mantenga un principio de ética y moral, sin despreciar ni ridiculizar a nadie todo puede marchar. Me parece bien que existan ciertas limitaciones, tiene que haber un equilibrio. El humor es como una cuerda floja, donde se puede caer en lo soso o en lo brutalmente craso”.

Destaca que ahora el Ministerio de Culturas (entonces dirigido por Pablo Groux) trabaja más en favor de los artistas, casi siempre olvidados. “Muchas batallas hemos tenido que luchar contra las autoridades para proteger al artista. Me acuerdo que incluso en gobiernos dictatoriales hubo más facilidad para hacer algunas leyes. Lo peor fue que se retiró a los artistas del presupuesto nacional”, recuerda y se pone serio.

Al estilo Enredoncio

Pero, lo que más le duele al actor es el plagio de sus libretos. “Bolivia no tiene mar, pero tiene piratas. Estamos completamente desprotegidos”.  A esto se le suma el lidiar con la deslealtad de algunos de los integrantes de su elenco al filtrar las obras a la competencia. Para que después aquellos, “le varíen el nombre de los personajes y se queden con el argumento”. Por eso, enfatiza, es tan urgente una Ley donde se reconozca los derechos del autor, para que se pague un porcentaje al autor original por la adaptación del libreto.

Al estilo de Don Enredoncio reniega porque, además, sus colegas no tienen creatividad para hacer chistes y sólo hacen un copy-paste del Internet.

Santalla puso de moda los conocidísimos chistes: “Ama a tu cama como a ti mismo. De tanto descansar naiden se ha morido. Nunca dejes para mañana lo que puedes descansar hoy”, que fueron repetidos por varias generaciones.

Otra de las carencias que sufren los artistas es no estar sujetos a la Ley del Trabajo. “Laburamos las mismas horas que cualquier otro profesional, en un mismo sitio y no tenemos beneficios”, reclama el comediante, ex presidente de la Asociación Boliviana de Actores (ABDA) y miembro activo de la Asociación Boliviana de Artistas Intérpretes y Ejecutantes en Música (ABAIEM).

Y la lista de pedidos crece. Actualmente, él lucha por la creación de una Universidad del Arte. “Con esto nos evitaríamos el quejarnos todo el tiempo de que otros países roban nuestra cultura. Lo último que nos falta es que se lleven el hueco de la mina”, bromea.

El camino por delante

¿El comediante llega a jubilarse?: Ja-ja-ja, lo dice literalmente. Éste es uno de los derechos que exige el actor a las autoridades hace ya mucho tiempo, sin embargo hasta la fecha no existe ningún viso de que esto pase, por lo menos no a corto plazo.

Para este ícono del humor -que tiene 75 años y que plasmó su autobiografía en “Aquel niño travieso que fui”- el público sabe reírse “porque la sabiduría popular es grande. La clave es saber captarla y encaminarla”.

Ahora tiene muchos planes, entre ellos producir una película costumbrista sobre las aventuras de una Compañía de teatro. “Con esto se comprendería mejor cómo vive un artista”. Otro de sus propósitos es escribir una novela sobre su primera enamorada, aquella que inventó.

Una gran sonrisa se dibuja en su rostro, acto seguido afirma: “para dolor de muchos todavía habrá por mucho tiempo Santallazos y David Santalla. Y la historia continuará”. ///

El Periódico Digital OXIGENO.BO, es desarrollado y administrado por Gen Film & Crossmedia Ltda. Teléfono: 591-2-2445455. Correo: info@gen.com.bo