Redacción Oxígeno
04/01/2016 - 09:30

Tubos de escape: los diseñadores tiene la última palabra

4 de enero (DPA).-El tubo de escape tiene en realidad una función muy simple: evacuar hacia el exterior los gases de combustión. Pero cada vez más este dispositivo se está transformando en objeto de los diseñadores de automóviles.

Un tubo de escape a la derecha y uno a la izquierda: antes era una clara indicación de que el auto tenía un motor de 6 u 8 cilindros. Entre tanto, este tipo de caños de escape se encuentran en casi todos los modelos y en general le dan al coche un aspecto deportivo.

4 de enero (DPA).-El tubo de escape tiene en realidad una función muy simple: evacuar hacia el exterior los gases de combustión. Pero cada vez más este dispositivo se está transformando en objeto de los diseñadores de automóviles.

Un tubo de escape a la derecha y uno a la izquierda: antes era una clara indicación de que el auto tenía un motor de 6 u 8 cilindros. Entre tanto, este tipo de caños de escape se encuentran en casi todos los modelos y en general le dan al coche un aspecto deportivo.

En el otro extremo están los modelos híbridos, más amables con el medio ambiente, en el cual los fabricantes ocultan el caño de escape casi por completo.

"En cuestión de tubos de escape muchas veces los que tienen la última palabra son los diseñadores y ya no tanto los técnicos", señala Carsten Graf, del Automóvil Club Alemán (ADAC).

"Hasta la década de 1990, los tubos de escape se encontraban junto a los silenciadores a la derecha y a la izquierda en la parte trasera del auto", indica.

Hoy en día, los escapes sirven como marca de diferenciación. "Un diseño llamativo de tubo de escape está pensado para determinadas líneas de modelos", apunta Graf.

Lo que atrás parecen dos caños de escape separados es en realidad un solo tubo de salida. "En general desde el motor sale un tubo hacia la parte de trasera del vehículo y en la última parte el escape se divide en dos".

Únicamente los automóviles de alta gama con motores más potentes pueden tener varios escapes independientes con varios turbocompresores.

"La manera de construir el sistema de escape depende sobre todo del equipamiento que tiene cada modelo", según confirma Christian Anosowitsch, de Mercedes.

Esto significa que por ejemplo en el Mercedes GLC los grandes tubos de los motores diésel no están conectados a la salida real del escape, agrega.

También Audi le otorga una gran importancia al tubo de escape en el diseño de su parte trasera. "Los tubos de salida se transformaron de un elemento necesario a una marca de diseño", señala Oliver Strohbach.

Sin embargo, no todos los fabricantes le dedican tanta atención a esta pieza del automóvil. Por ejemplo Toyota solo se adapta a esta tendencia en determinados modelos, como en el caso del iQ, señala un portavoz del fabricante japonés.

Técnicamente no se requiere que el tubo de escape sea visible en la parte trasera del auto, por lo que teóricamente todo el sistema podría ser mucho más corto y no extenderse desde el eje delantero hasta el final de vehículo.

Pero como el tubo es el encargado de liberar los gases se evita así que los contaminantes ingresen en las partes habitables del vehículo.

Los diseñadores descubrieron el tubo de escape recién cuando los motores comenzaron a despedir menos gases tóxicos.

"Hace 15 años, cuando los autos aún no eran tan limpios, los tubos de escape se colocaban tímidamente hacia abajo", agrega el experto del ADAC.

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