Los representantes de la Unión Europea (UE) acreditados en Bolivia se reunieron con la canciller Karen Longaric para tratar el incidente ocurrido el 27 de diciembre, que derivo en la expulsión de dos diplomáticos de España, la encargada de negocios de la Embajada de España, Cristina Borreguero, y del cónsul de ese país, Álvaro Fernández; además de la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado. 

“Nosotros estamos aquí para ratificar nuestra solicitud de bajar la tensión, pero también estamos aquí para ratificar nuestro compromiso con Bolivia (…) Seguimos en buen contacto con la Cancillería, con el gobierno, tenemos un  buen compromiso con nuestros países y seguimos en esto”, afirmó el jefe de la delegación adjunto de la UE, Jörg Schreibers,.

Según Schreibers, la intención de la UE es bajar la tensión provocada por el incidente y apoyar el proceso electoral en Bolivia. Adelantó que una misión exploratoria llegará a La Paz el 7 de enero para definir el tipo de colaboración que se necesita.

 "Es muy importante tener elecciones limpias, transparentes e inclusivas. Creo que todos los pasos que han tomado hasta ahora son muy buenos", indicó. "Estamos muy listos a apoyar este proceso (...). Nuestra misión exploratoria son seis personas y después la misión de observación yo creo que será mucho más grande", añadió.

La canciller boliviana fue quien convocó a la delegación europea para explicar la expulsión de los diplomáticos, decisión que fue rechazada por la UE que la consideró "extrema e inamistosa". Según el gobierno boliviano, ciudadanos españoles encapuchados llegaron a la residencia de la embajadora de México en La Paz para facilitar la huida del exministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana.

En respuesta, el Gobierno español expulsó al encargado de Negocios y a los agregados militar y policial de Bolivia en Madrid, designados por el Gobierno de Evo Morales.