Un descuido y... plaf, el celular se cae en el fregadero. Si se trata de un aparato protegido, no pasa nada: se saca fuera, se seca y a seguir usándolo. "En general, todos los teléfonos con resistencia al agua garantizan este nivel de protección", explica Jan Kluczniok, del portal tecnológico "Netzwelt.de".