La fuente de su inspiración es la cultura aimara y quechua, los tejidos, la Cruz Andina, los colores de los aguayos, chuspas, taris, ponchos y otros tejidos. El inspirador de estas obras ya construyó unas 60 en la urbe. La mayoría de sus clientes son comerciantes y solo dos eran de otro ámbito: uno de profesión militar y otro maestro.