El canciller de Chile, Roberto Ampuero, respondió al llamado al diálogo que hizo el presidente de Bolivia, Evo Morales, en la antesala de la presentación de la dúplica que el país entregó esta mañana a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en el marco del juicio por el uso de las aguas del Silala.

El canciller chileno respondió que su país siempre está abierto a conversar con Bolivia, pero subrayó que lo primero es abordar el juicio por el uso del Silala.

"Lo importante es que esto está situado hoy en La Haya y que estamos esperando conocer la dúplica de Bolivia, en eso estamos. Hay comités muy concretos en los que se ha seguido trabajando y siempre está la disposición de Chile, pero ahora estamos concentrados en esto", dijo en declaraciones a Emol.

"Ahora vamos a estudiar la respuesta en el documento boliviano, para eso tenemos a nuestro equipo integrado por abogados nacionales e internacionales dirigidos por la embajadora Ximena Fuentes. Entonces hay que quedarse en lo que estamos, lo central es esto: La Haya", agregó el jefe de la diplomacia nacional.

La pasada semana, el presidente de Bolivia, Evo Morales, convocó al diálogo al Gobierno de Chile, respecto al Silala y otros “varios temas”.

“Ellos nos demandaron, hay una defensa y yo quisiera que empiece el diálogo entre Chile y Bolivia, tantos temas que tenemos que debatir. Algo que quiero que sepan, más agua entra de las Cordilleras de Chile a Bolivia que más agua se va de Bolivia hacia Chile. Si es así la situación geográfica mejor es negociar, dialogar. Digo esto y ustedes ya pueden entender, son los resultados que se puede tener en La Haya”, expresó Morales.

En junio de 2016, Chile demandó a Bolivia en procura de que la CIJ sentencie que el Silala es un curso de agua internacional.

Ante ello, Bolivia, además de responder a esta demanda, el 31 de agosto de 2018, contrademandó a Chile y solicitó a la Corte que declare que Bolivia tiene soberanía sobre los canales artificiales y los mecanismos de drenaje en el Silala que están ubicados en su territorio; que Bolivia tiene soberanía sobre el flujo artificial de las aguas del Silala en su territorio y Chile no tiene derecho a ese flujo; y que cualquier entrega de Bolivia a Chile de las aguas del Silala que fluyen artificialmente se sujeta a celebración de un acuerdo específico.