Analizando subtítulos de películas en árabe, feeds de Twitter en Corea, la famosa novela negra de Rusia, los sitios web en chino, letras de música en inglés, e incluso las páginas desgarradas por la guerra del New York Times, los investigadores encontraron que estos, y probablemente todos los lenguajes humanos language, presentan un sesgo hacia el uso de palabras felices.