En más de una ocasión, la presidenta del tribunal, la jueza Joan E. Donoghue, resaltó que tanto Chile como Bolivia encontraron coincidencias en sus posiciones, como que el Silala es un curso de agua internacional y que ambos países tienen derecho a su uso equitativo y razonable, y, por eso, la Corte consideró que no tenía objeto pronunciarse sobre esos puntos.